Responde así al obispo, que rechazó el rezo compartido porque generaría «confusión»
El presidente de la Junta Islámica en España, Mansur Escudero, rezó ayer extramuros de la mezquita-catedral de Córdoba para reivindicar la oración conjunta de musulmanes y católicos en este templo. Escudero reaccionó así al comunicado del obispo de Córdoba, Juan José Asenjo, en el que rechazaba que ambas confesiones compartan el templo porque generaría «confusión entre los fieles».
El presidente de la Junta Islámica se descalzó y sobre una alfombra extendida junto a uno de los muros de la mezquita, frente al Museo Diocesano, realizó la oración 'Dohr', una de las cinco obligatorias al día para los musulmanes.
Escudero dijo a los periodistas que no tiene sentido «que se prohíba el rezo en este templo y en todos los demás», y agregó que, a pesar de que el Obispado ya se ha pronunciado sobre el asunto, esperará la respuesta a la carta que la Junta Islámica envió al Papa Benedicto XVI para solicitar el rezo conjunto en la mezquita-catedral.
En su opinión, la oración conjunta favorecería más el «ecumenismo» y el «diálogo interreligioso» que los «debates teológicos entre los líderes religiosos». Recalcó que no pretende «crear un clima de confrontación» y que no cuestiona que el Obispado ostente la propiedad del recinto religioso.
Príncipe árabe
Sobre el hecho de que se encuentre allí el Sagrario, alegó que ya se ha permitido «el rezo a un príncipe árabe». Subrayó que los cristianos pueden rezar en las mezquitas y se mostró contrario a que esto se prohíba, al tiempo que precisó que los católicos podrían rezar en la parte dedicada a la catedral y los musulmanes en la zona del Mihrab. Afirmó haber recibido «muestras de adhesión por parte de católicos» y se refirió al apoyo del teólogo Juan José Tamayo.
«Una payasada»
El delegado diocesano de Ecumenismo y Diálogo Interreligiones de Córdoba, Manuel González, dijo que el diálogo entre religiones al que alude Escudero «es otra cosa», e indicó que la mezquita-catedral es «una iglesia católica y no puede compartirse porque cristianos y musulmanes tienen un patrimonio común escaso». A su juicio, «esto no quita para que el que visite la catedral pueda conectar con Dios mediante la oración espiritual», pero «no debe haber manifestaciones públicas» por parte de los musulmanes. «Si yo entrase en una mezquita e hiciera la señal de la cruz, no me lo permitirían».
La alcaldesa de Córdoba, Rosa Aguilar, aseguró que «situaciones singulares como éstas no generan un marco adecuado para buscar la concordia y diálogo». Lo mismo opinó el coordinador de IU-LV-CA en esa ciudad, Enrique Centella, que tildó de «payasada» y de «circo» el rezo de Escudero. «Este debate va a resultar muy perjudicial para los católicos, los musulmanes y para los que no somos ni lo uno ni lo otro, ni queremos serlo».