La defensa acérrima de la escuela pública y de la laicidad del Estado serán dos de los ejes principales de la campaña de Izquierda Unida.
El programa de Gaspar Llamazares propugna la eliminación de la simbología religiosa en las escuelas, la derogación de los acuerdos con el Vaticano para que la educación sea totalmente laica y la reducción progresiva de los conciertos educativos a fin de avanzar hacia una red única de centros públicos.
La federación también pedirá que se destine como mínimo el 6% del PIB al sistema educativo y se apruebe una ley de medidas para la extensión y mejora de la educación pública. IU quiere también que la asignatura de religión no se incluya en el currículo escolar y salga del horario lectivo, además de que se apruebe un estatuto de la función docente.
IU aspira a que se complete la reforma de la LOU, la gratuidad de los estudios universitarios de grado y un sistema de becas para completar la formación, además de que las familias no tengan que pagar los libros y materiales y se levanten centros públicos en los nuevos desarrollos urbanísticos.