¿Por qué? Porque, según tan flamante portavoz, Zapatero ha decidido “prescindir de la Iglesia católica para casi todo”. Mientras tanto -insinuó la nueva estrella de la derecha-, los obispos encontrarán “una de las líneas de defensa” en el PP.
Receta de González Pons a la vista de su diagnóstico: “Tendría poco sentido que la Iglesia, que va a necesitar al PP, utilice su emisora para machacar al aliado”. Propuesta, pues de cambio de cromos entre el partido conservador [ese partido que vuelve a viajar al centro por enésima vez] y la jerarquía eclesiástica. Rajoy, que se ha jactado durante estos últimos tres meses de no depender –así lo iba repitiendo muy orgulloso don Mariano- de ninguna radio ni de ningún periódico, resulta que le ha entrado de nuevo la nostalgia de la COPE.
Soporte propagandístico
Una cosa es desde luego que caiga finalmente don Federico –lo que parece más que probable- y otra muy distinta que la COPE no sirva de soporte propagandístico a los populares. El brazo mediático de los monseñores ha de continuar la meritoria labor de bendecir al PP. Al fin y al cabo, las relaciones entre la derecha y los monseñores de turno siempre han sido –salvo excepciones- fluidas, cordiales e intensas.
Asombroso descaro
El descaro de González Pons no deja, en todo caso, de resultar asombroso. Es ciertamente de una enorme osadía. Ni Zaplana ni Acebes –hay que reconocerlo- se hubieran pronunciado de forma tan zafia. En lugar de acogerse a los principios y valores del humanismo cristiano, que básicamente son compartidos –como sostienen oficialmente- por la Iglesia y el PP, el portavoz actual ha ido al grano como si fuera un tratante de ganado o un vendedor de feria.
Nada nuevo bajo el sol
Nosotros los protegeremos frente a Zapatero -que es su enemigo y va a por la Iglesia- y, a cambio, ustedes nos echan una mano a través de las ondas radiofónicas y de su Popular TV. Está claro: queremos recuperar la COPE. Nada nuevo bajo el sol. Los mandamases de la religión católica siempre han sido expertos en mezclar la Cruz y la Espada. A las cruzadas me remito, incluyendo la española de 1936-1939. O a la intervención de los ejércitos pontificios en numerosas guerras entre príncipes cristianos; ahora con uno, ahora con otro.
El plumero
Aún no asamos y ya pringamos. ¡Qué poco ha tardado Rajoy en que se le viera el plumero! Javier Arenas, por su parte, también ha dado marcha atrás ante un comunicado de la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT) que le criticaba haber declarado que la primera preocupación de los españoles es la crisis económica y no el 11-M. Ha proclamado este otro centrista de pitiminí: “Siempre he manifestado que hay asuntos por aclarar el 11-M en el futuro, a los que dará respuesta la investigación política, judicial y periodística”. No se me enfade, don Pedro José, soy un buen chico.