El prelado había reconvenido públicamente al PNV por su postura
La polémica advertencia realizada por el secretario de la Conferencia episcopal contra los políticos que apoyen la ley del aborto no ha impedido que uno de ellos, el presidente del PNV, Iñigo Urkullu, cuya posición ha sido definitiva para que prospere la reforma en el Congreso, comulgue con normalidad. La noticia es que lo hizo el pasado viernes en una misa oficiada por el obispo auxiliar de Bilbao, Mario Iceta, quien en octubre reconvino públicamente al PNV por su postura, recordándole su trayectoria dentro del "humanismo cristiano" y pidiéndole que "recapacite".
El hecho lo confirmó el propio Urkullu en una entrevista concedida a Europa Press el pasado viernes. En ella se le pregunta si se atrevería a ir a comulgar después de las admoniciones lanzadas por el secretario y portavoz de la Conferencia Episcopal, Juan Antonio Camino. El pasado 10 de noviembre, éste advirtió que los católicos que apoyaran la reforma de la ley del aborto impulsada por el Gobierno estaban "objetivamente en pecado público" y, por tanto, "no pueden ser admitidos en la sagrada comunión". El presidente del PNV, que se declara "profundamente católico", responde en la entrevista que no sólo no se sentía concernido por las manifestaciones de Martínez Camino, sino que esa mismo viernes iba a hacerlo en Durango, durante el acto de confirmación de su hija. Fuentes peneuvistas confirmaron que fue Urkullu recibió la comunión de manos del obispo auxiliar de Bilbao, con quien además mantuvo una conversación "cordial y distendida".
En la misma entrevista, el presidente del PNV se ofrece a que, si es necesario, se le declare a él "en pecado" como máximo responsable del partido, para "eximir" a los diputados que votaron a favor de la ley siguiendo sus diectrices. En este sentido, reitera que la reforma legal no pretende "condicionar a nadie a practicar el aborto", sino mejorar las deficiencias de la ley vigente.