El Patriarca copto ortodoxo de Etiopía, Abuna Paulos, aseguró hoy en Roma que "ha visto" el Arca de la Alianza y que su estado de conservación es "bueno".
Paulos así lo manifestó durante la presentación de la construcción en la ciudad santa etíope de Axum del "Museo del Arca de la Alianza", una iniciativa de su patriarcado y la fundación Chrijecllu, que preside el príncipe Makonnen Haile Selassie, nieto del último emperador de Etiopía (el Negus Haile Selassie).
"El Arca de la Alianza lleva tres mil años en Etiopía y continúa allí, adonde llegó por un milagro y donde permanecerá por la gracia de Dios", afirmó Paulos en una rueda de prensa.
El patriarca copto señaló que no podía decir donde se encuentra el Arca, pero sí asegurar que la ha visto y que es como está descrita en la Biblia.
"No está hecha con la mano del hombre, es algo que Dios bendijo para que sea así. La he visto con un sentimiento de humildad, no con orgullo, sino con ese sentimiento que se tiene cuando se va a la Iglesia, con humildad y sin arrogancia", afirmó el líder religioso.
Paulos agregó que el Arca es un objeto de culto, un objeto sagrado y que él sólo podía decir que lo ha visto y puede dar testimonio de ello.
Respecto al Museo, Paulos contó que estará construido en unos dos años y albergará los tesoros de arte de la zona de Axum y que una vez terminado será el Santo Sínodo de la Iglesia Ortodoxa Etíope el que decida si se coloca o no en el mismo la supuesta Arca de la Alianza.
Paulos subrayó que ha invitado al papa Benedicto XVI a visitar Etiopía y la ciudad santa de Axum.
Según los coptos ortodoxos etíopes, el Arca de la Alianza, que la Biblia indica como el lugar donde se guardaban las Tablas de la Ley con los Diez Mandamientos, se encuentra custodiada en la catedral de Tsion Maryam, de Axum.
El Arca, siempre según la tradición ortodoxa etíope, fue llevada a Axum por el Emperador Menelik I, el legendario vástago que nació del encuentro entre el rey Salomón y la reina de Saba.
Según la tradición, el Arca es custodiada por un sacerdote descendiente directo de los levitas, la tribu de Israel responsable de su cuidado desde que fue construida para acoger los Diez Mandamientos, que es el único que puede tocarlo.