La Conferencia Nacional de Obispos de Brasil reconoció que algunos de sus miembros apoyaron la dictadura cívico-militar que rigió el país entre 1964 y 1985 con la intención de «combatir el comunismo», según una declaración emitida aye
"La Conferencia Nacional de los Obispos de Brasil hace memoria en este 1 de abril, con todo Brasil, de los 50 años del golpe cívico-militar de 1964, que llevó al país a vivir uno de los períodos más sombríos de su historia. Recordar los tiempos del régimen de excepción tiene sentido por cuanto los lleva a percibir el error histórico del golpe, a admitir que no todo fue debidamente reparado y a alertar a las generaciones pos-dictadura para que se mantengan atentos en defensa del Estado Democrático de Derecho", comienza el documento elaborado por los religiosos.
La declaración de la CNBB (por su sigla en portugués) añade que "si bien es verdad que, al comienzo, sectores de la Iglesia apoyaron los movimientos que resultaron en la llamada 'revolución' con vistas a combatir el comunismo, también es verdad que la Iglesia no se calló ante la represión apenas constató que los métodos usados por los que detentaban el poder no respetaban la dignidad de la persona humana y sus derechos".
La declaración fue emitida por la CNBB con motivo de la conmemoración de los 50 años del golpe que sumió a Brasil en una dictadura que se prolongó hasta 1985. Un golpe que "estableció una espiral de violencia con la práctica de la tortura, el cercenamiento de la libertad de expresión, la censura de prensa, la proscripción de políticos, se instalaron el miedo y el terror. En nombre del progreso, que no se realizó, poblaciones enteras fueron expulsadas de sus tierras y otros hasta diezmados. Hasta hoy hay muertos que no fueron sepultados por sus familiares." Los obispos destacaron el trabajo de la Comisión de la Verdad, puesta en marcha por el gobierno de Dilma Rousseff, "que tiene por objetivo traer a la luz, sin revanchismo ni venganza lo que insiste en quedar escondido en los sótanos de la dictadura".
"Gracias a muchos que creyeron y lucharon por la redemocratización del país, algunos con sacrificio de su propia vida, hoy vivimos tiempos nuevos. Respiramos los aires de la libertad y de la democracia. Sin embargo, es necesario superar la injusticia, la desigualdad social, la violencia, la corrupción, el descrédito con la política, el irrespeto por los derechos humanos, la tortura. La democracia exige la participación constante de todos", reclaman los religiosos en una parte del documento. En este sentido, la Iglesia católica brasileña pidió a los jóvenes del país que se mantengan activos en defensa del estado democrático y de derecho.
La CNBB está presidida por el Arzobispo de Aparecida, cardenal Raymundo Damasceno Assis. El colectivo religioso convocó a la sociedad brasileña "a ser protagonista de una nueva historia, libre del miedo y fuerte en la esperanza. Nuestra señora de Aparecida, patrona de nuestra Patria, nos proyecta con su manto, ilumine nuestras mentes y corazones para que perseguir solamente los caminos de la paz, la justicia y del amor".
Archivos de imagen relacionados