Desternillante y reflexivo la vez, el espectáculo de Leo Bassi revoluciona una facultad de ciencias abarrotada y con entradas agotadas. el cómico muestra sus dotes de cómico y monologuista.
Mientras los espectadores se acomodaban en las butacas del aula magna de la Facultad de Ciencias, una pantalla reproducía imágenes de Leo Bassi en medio de una concentración multitudinaria de evangelistas en Río de Janeiro. El cómico italiano sostenía un cartel que decía: ´No creo en Dios, para más información hablar conmigo´.
Una acción irreverente, marca registrada de este bufón -como gusta definirse- que ayer agotó todas las entradas disponibles para su espectáculo ´La revelación´. Bassi salió vestido de Papa, de impecable blanco, y tras santificar con las manos a los presentes, anunció cambios en el Vaticano. "Permitiremos el estudio de células madre" y "el uso del preservativo"; "desde ahora, habrá distribuidores automáticos en todas las iglesias" para "contribuir a la lucha contra el Sida", en especial en África. El ´Papa Benedetto´ informó, además, la "modernización de nuestro símbolo", tras lo cual una gran cruz hasta entonces normal se dio vuelta y empezó a destellar luces de colores. Otra noticia para sus ´fieles´: las iglesias pondrán música para atraer a los jóvenes; el ´Papa´ comenzó a bailar, con gran destreza, a ritmo funky.
Durante todo este número, Bassi demostró excelente dominio de la expresión gestual. Tras desenfundarse de su traje religioso, no sin cierta gracia, aseguró que por este ´sketch´ le habían puesto una bomba en su camerino en un teatro de Madrid, dos años atrás. A quienes conocen su trayectoria, llena de censuras y presiones, no les habrá sorprendido su mensaje.
Ya entrados en calor, Bassi explicó su cometido de la noche: "Quiero hacerles perder la fe". "¿Por qué?, porque los quiero"; para los que sintieran dudas, les remarcó que "si alguien tiene miedo de que un payaso les haga perder la fe, vaya mierda de fe".
Argumentos. Bassi calificó de pasotas a los ateos, frente a la unidad y férreo predicamento de los monoteístas. Animó a "contraatacar" y comenzó a enumerar los argumentos para defender la nula fe religiosa. Para tantear el ambiente, pidió a los ateos que gritaran y el auditorio estalló. "Hice esto en Sevilla y había un silencio…", subrayó. A partir de allí, describió una charla mantenida con un cura y su incredulidad ante ciertos hechos de la Biblia. "En seis días, Dios creó una galaxia, un paraíso donde la fruta es gratis y los animales hablan. Después, cogió barro, sopló y dio vida a Adán, con 18 años, le saltó la infancia". Luego, el Señor vio que "Adán se aburría" y, con su costilla, creó a la mujer. Bassi se preguntó si esto no pone ya a las féminas en una segunda categoría. "Con esta forma de creación, ella es un poco menos sagrada"; "la violencia de género nace así. Si pegas a una mujer, le estás pegando a tus propias costillas".
Bassi prosiguió con la creación de la serpiente, símbolo del mal. "¿Por qué la serpiente sólo le habla a Eva y y le dice todo el tiempo que coma la fruta prohibida? Porque sabe que Eva es mala ¡Vaya concepción de la mujer!". Tras repasar el pecado y la sexualidad católica, trazó un relato desternillante del viaje de los hebreos a la tierra prometida, entre otros números que redondearían dos horas de espectáculo. Un espectáculo que deleitó al público como pocas veces se ha visto en los últimos años.