Escrutemos la famosa imagen del presunto delito: Richard abraza en público con efusión a Shilpa y le estampa un beso en la mejilla, sí. Y la chica muestra en su rostro inequívocas señales de agrado. Pero en contra de la opinión de esos puritanos jueces, la verdad es que uno no alcanza a detectar nada de "intolerable" ni "obsceno" en la espontánea escena.
¿Dónde está la indecencia? Esos tipos deberían consultar el Kamasutra, la biblia, precisamente india, del amor sexual. Uno de sus 36 ca- pítulos está dedicado a los besos: directos, de presión, superiores, broches, palpitantes, para encender la llama… Sobre ósculos en el carrillo, ni palabra. En fin, este suceso confirma una vez más la universalidad y pervivencia de la carcundia, instalada sin remedio en el alma de religiones y culturas.
El Parlamento de Gambia rechaza el proyecto de ley que pretendía despenalizar la mutilación genital femenina
Tras cuatro meses de debate político y social, una mayoría de diputados rechaza el proyecto de ley que…