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La Iglesia Anglicana acepta la unión civil para sacerdotes gays

Cuenta Adrian Schak en El Mundo que la unión civil entre homosexuales será una realidad para los miembros del clero de la Iglesia Anglicana el próximo mes de diciembre. Pero el sexo entre sus beneficiarios deberá esperar una nueva oportunidad, pues, hasta nuevo aviso, continuará prohibido para los sacerdotes y sacerdotisas de esa confesión.

El anuncio de esta disposición, sorprendente, contradictoria y confusa, resume la actitud tomada por las autoridades anglicanas hacia la aplicación del Acta de Uniones Civiles de 2004, que comenzará a regir en diciembre de este año. Esta nueva reglamentación fue impulsada por el Parlamento después de numerosas gestiones de diversas parejas y asociaciones homosexuales que buscaban legalizar su estado civil.

No obstante, al tener vigencia para toda la sociedad, la normativaha obligado a los religiosos de esta Iglesia a tomar posición sobre el tema, incluso en lo referente a su situación personal.

El debate promovido por este planteamiento legal dentro de las filas anglicanas suscitó entre los obispos opiniones contradictorias, y esto se ha reflejado en la decisión final: esta Iglesia aceptará que sus mujeres y hombres consagrados al sacerdocio puedan suscribirse a la unión civil homosexual con todos sus derechos, pero no podrán mantener relaciones sexuales.

Por esta razón, los religiosos que quieran convivir bajo esta nueva modalidad, tendrán primero que prometer ante un obispo que mantendrán su condición de célibes, so pena de recibir importantes sanciones.

Ratificar la diferencia

El llamativo pronunciamiento no hace más que reflejar la continua polémica instalada en el seno del anglicanismo desde 1991, cuando el alto clero aceptó la práctica del sexo gay entre los laicos, aunque no entre los religiosos. Aquella determinación llevó a las autoridades de esa Iglesia a reafirmar el carácter heterosexual de los contrayentes en todo matrimonio.

Y esta línea de pensamiento, para algunos analistas británicos, es la que prevaleció a pesar de la «revolucionaria» aceptación eclesiástica conocida ayer. Según el periódico The Times, la convalidación de la consigna «unión sí, sexo no» no haría más que ratificar la diferencia entre una unión civil y el matrimonio, dado que en el primer caso no se produce la debida consumación a través del acto sexual.

De todos modos, esta modificación en las leyes podría cambiar las vidas de más de 750 parejas que, según el Movimiento Lésbico y Homosexual Cristiano, cuentan con al menos un sacerdote o sacerdotisa entre sus integrantes.

Entre los clérigos más famosos que podrán beneficiarse de esta medida, se encuentra el doctor Jeffrey John, decano de St. Albans, quien en el pasado más reciente fue convencido de no postularse como obispo de Reading por su condición homosexual.

Para que una pareja de sacerdotes homosexuales pueda acceder a la convivencia legal, éstos deberán seguir varios pasos. Primero han de obtener una autorización especial por parte del obispo de su jurisdicción, quien acto seguido les preguntará en un diálogo «cara a cara» si mantienen relaciones sexuales.

En caso de que su respuesta sea afirmativa, el religioso o la religiosa se exponen a ser castigados, tanto por sus superiores como por las protestas de los feligreses más conservadores. El mayor interrogante, hasta el momento, tiene que ver con lo que podría suceder si el contrayente insistiera en hacer respetar en total plenitud sus derechos legales, aún cuando éstos entrasen en conflicto con esta salvedad dispuesta por las autoridades anglicanas.

En su comunicado pastoral, la Iglesia Anglicana, que cuenta con más de 70 millones de fieles en todo el mundo, quiso dejar bien claro que los sacerdotes no podrán bendecir de manera oficial una unión consagrada en el registro civil, aunque sí se les permitirá rezar, si así lo desean, junto con los contrayentes por el destino de la pareja recién formada.

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