El máximo responsable policial ha denunciado que ha sido conculcado su derecho constitucional a la libertad religiosa y que ha recibido amenazas y un trato humillante por parte de Vilanova y del concejal de policía Alejandro Amposta. El policía se ampara en el derecho fundamental a la libertad religiosa recogido en la Constitución, y en una sentencia del Tribunal Constitucional del año pasado, que daba la razón a un policía nacional que no quería acudir a una procesión en Málaga.
El jefe de la policía local de Vila-real, presentó la denuncia días antes de que tuviera lugar la procesión, al recibir la orden del Ayuntamiento para asistir a la misma. Según relata Ángel Torres, "el concejal delegado Alejandro Amposta" le dijo que "estaba obligado a formar y acudir a los actos", y que "podía quedarse a la puerta de la Iglesia". Un trato que para Torres era "humillante".Ángel Torres dice que una vez se vio obligado a acudir a los actos, decidió entrar en la Iglesia y allí el alcalde, Manuel Vilanova, le "amenazó" por haberle denunciado ante los juzgados, diciéndole hasta en tres ocasiones "ahora te vas a enterar". El policía dice que puede demostrar las supuestas amenazas del alcalde de Vila-real, y por ello ha pedido una ampliación de la querella.
A Manuel Vilanova se le acumulan las denuncias en los juzgados. Esta causa se une al juicio por supuesta prevaricación y delito ambiental por el que se sentará en el banquillo de los acusados en julio, y otro juicio por mobbing de un empleado municipal.