El Ministerio de Educación y Ciencia, en un escrito de algo más de dos folios, defiende el proyecto de Ley Orgánica de Educación (LOE) y su regulación de la clase de Religión, rechazando las peticiones de los padres católicos. «Lo que propone realmente el Gobierno es que la calificación de la asignatura de Religión no compute a efectos académicos de cálculo de nota media para el acceso a la Universidad ni para la obtención de becas», explica el gabinete de María Jesús San Segundo, que argumenta que la elección de dicha materia sigue «convicciones de carácter privado», pero comporta un horario añadido a la carga lectiva común de todos los alumnos. «Computar los resultados académicos, que pueden ser positivos en algunos casos pero también negativos en otros,
obtenidos en virtud de esa elección, para la obtención de la media del expediente académico, a efectos de concesión de becas o de acceso a la universidad, supondría una discriminación por razón de religión», deduce el Gobierno, que finaliza afirmando que el ejercicio del derecho a recibir Religión «no puede suponer discriminación alguna para quien lo ejerce».