Junta, Ministerio de Cultura y Obispado se gastaron 1,7 millones de euros en una obra de sellado del techo del templo que ha resultado inútil
Entre enseñar a los turistas las grietas de la cubierta de la catedral de Málaga o arreglar definitivamente las goteras del histórico edificio el obispo de Málaga Jesús Catalá ha optado por la primera opción. Hace tres años que terminaron unas obras de 1,7 millones financiadas por el Ministerio de Cultura, la Junta y el Obispado para sellar el tejado, que han resultado inútiles. No ha servido para nada. Sigue habiendo filtraciones. Ahora comienza otra obra de 300.000 euros para adecuar los accesos al techo del edificio. Una opinión de EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com sobre el mercadeo en el templo y la tradición local por la exhibición de la chapuza.
LAS goteras son una tradición en los edificios institucionales de Málaga. En la ciudad del clima privilegiado la lluvia se recibe con cubos y fregonas en la sede del Ayuntamiento -la Casona del Parque – la sede de la Diputación, la sede de la Autoridad Portuaria, la Facultad de Derecho, el mercado de Atarazanas… por lo que no sorprende que la catedral de Málaga sea también de esos lugares en los que no es conveniente cerrar el paraguas cuando se adentra uno entre sus paredes.
EL templo tiene su particularidad en su amputada presencia y su esencia malaguita en que se quedó a mitad hacer… como el Teatro Romano, como la calle Alcazabilla, como el acueducto de San Telmo o como la democracia local. Surgen voces constantes y discontinuas que reclaman, como hizo el obispo de Málaga Jesús Catalá la semana pasada, la construcción de esa segunda torre, como si esa fuera la prioridad y el deseo de la comunidad católica y la que no lo es tanto.
PORQUE no hay que olvidar que los 1.700.000 euros que se gastaron en la última reforma de la catedral el pasado 2009 se pagaron entre el Obispado, y también el Ministerio de Cultura y la Junta de Andalucía. Eran para arreglar las grietas de la cubierta y solucionar el problema de las goteras. Pero el problema no fue solucionado. Sigue habiendo filtraciones.
SIN solucionarse pues el problema queda la opción de enorgullecerse de la chapuza y atraer a los mercaderes al templo con la genuina distinción de la visita turística: enseñar las grietas en lugar de arreglarlas. Que malagueños y visitantes pisoteen el techo de la iglesia y las bendecidas baldosas hasta que queden bien sueltas. Para ello ya está lista y en marcha una inversión de 300.000 euros.
PARA ello ya han comenzado unos trabajos que se alargarán durante los próximos cinco meses y mediante los cuales se instalarán y adecuarán unas escaleras, se colocará otro sistema de iluminación, se arreglarán los accesos y se colocarán una serie de pasarelas en el exterior para evitar caídas.
Y es que para ciertas cosas sí que hay dinero. Amén.
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