La Fundación del Patrimonio Histórico saca a concurso este viernes la restauración de los ábsides de la iglesia de San Pedro, en Ávila, y también la de los bienes muebles y elementos ornamentales que guardan en su interior
La licitación de las dos intervenciones suma 386.289 euros (246.289 para el exterior y 140.000 para el interior) y los plazos de ejecución previstos son de 10 meses en el caso de los ábsides y de 6 meses para los bienes muebles y elementos ornamentales del interior.
Las empresas que quieran presentar una oferta pueden hacerlo hasta las 14 horas del día 17 de julio y la información del concurso está disponible en la página web de la Fundación del Patrimonio Histórico (http://www.fundacionpatrimoniocyl.es)
Para redactar el proyecto de rehabilitación de los ábsides de este templo románico, la FPH ha practicado diversos estudios previos en términos arqueológicos, petrológicos, de humedades, hidrogeológicos, planimétricos y de las pinturas murales.
La Fundación del Patrimonio Histórico plantea una actuación integral en los ábsides, tanto exterior como interior, que resolverá los importantes deterioros en fábricas y cubiertas y los graves problemas de humedad como consecuencia de la acumulación de agua de lluvia, en buena medida por la permeabilidad de la piedra de la Colilla, poco resistente a la cristalización de sales y a los ciclos humedad-sequedad.
La humedad es también uno de los principales problemas de conservación de la decoración interior, pinturas murales, retablos y otros elementos del ábside central y las capillas de La Inmaculada (ábside norte) y San Jerónimo (ábside sur).
La Fundación del Patrimonio Histórico restaurará la iglesia de San Pedro de Ávila con una inversión en torno a 452.000 euros, para lo que cuenta con la colaboración de la parroquia y el obispado de Ávila, que aportan el 50 por ciento.
La iglesia de San Pedro es una de las primeras construidas después de la repoblación, incluida dentro de la declaración de Ávila como Ciudad Patrimonio de la Humanidad. Situada extramuros, en la plaza del Mercado Grande, se levanta hacia 1130 y sufre obras en los siglos XIII y XIV.
De planta basilical con tres naves y ábsides semicirculares, muestra influencias de la basílica de San Isidoro de León y de las iglesias románicas vecinas como San Andrés y San Vicente. Desde su construcción, se convirtió en la parroquia del barrio de San Pedro, donde estuvo el cementerio hasta el siglo XIX sobre una amplia y variada secuencia arqueológica conocida mediante sucesivas excavaciones que han definido una sucesión de ocupaciones en su entorno desde época tardorromana hasta el siglo XIX, incluso algún indicio material de ocupaciones prehistóricas.
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