«Hemos guardado un silencio bastante parecido a la estupidez» Bernardo de Monteagudo
La gente que vive donde vos vivís no está autorizada a ver este video. No porque no te amemos, sino porque los propietarios tiene ciertas restricciones. La buena noticia es que tenemos otros cientos de miles de otros videos para vos.” Oops. Cualquier internauta medio, ni obsesivo ni eventual, que quiso, no pudo ver por unos días el nuevo video de David Bowie. Ni en YouTube, ni en Vimeo, los canales más populares de la red global que tanto tiempo nos consume cada día. ¿El pecado? Una pequeña obra de arte efímero: hace rato que así se puede considerar a los videoclips, vehículos de difusión de la industria del entretenimiento surgidos al calor de la televisión musical en los ’80 (léase MTV), todavía hoy en vigencia gracias, precisamente, a Internet. Dirigido por Floria Sigismondi, una realizadora estadounidense de ascendencia rumana bien prestigiosa en el mundo de los videoclips, tiene todo para generar eso que en Estados Unidos gustan llamar “controversia”. El video de la canción “The Next Day” que da título al primer disco de Bowie luego de una década de silencio y exilio interior (con rumores de enfermedad terminal incluidos), así es. Veamos: el cura que personifica el eternamente duro Gary Oldman sube las escaleras que conducen a un burdel o algo parecido, en compañía femenina, golpea brutalmente a un mendigo que le pide una moneda “para poder comer”. Acto seguido, la amiga del sacerdote le roba los billetes de la misericordia cristiana al pobre tipo. Entran, suena una banda de rock con estruendo de rock. Un monje escapado de El nombre de la rosa se autoflagela hasta sangrar por la espalda. Un cardenal, vestido de cardenal, bebe del cáliz sentado a la barra del bar. Una hermosa prostituta (Marion Cotillard que fue Edith Piaf en La vie en rose) también bebe. Al fondo, la banda de rock suena brutal con un señor maduro, vestido de franciscano, al frente. Él canta: “Viven de pie, mueren de rodillas. Pueden trabajar con Satanás, mientras visten como santos. Saben que Dios existe, porque el Diablo se los ha contado”. La combinación entre la letra y las imágenes resulta demasiado. Hay dinero, representantes de la Iglesia, sangre, dinero y sugerencia de venta de sexo al ritmo de rock. El impresionante final incluye sangre, estigmas y desapariciones misteriosas. Demasiado. “Los propietarios tienen ciertas restricciones.” OK.
En Estados Unidos la cadena Fox –cuál si no– encendió la alarma. Y generó, desde su propia usina de noticias, la reacción esperada. “El video es ofensivo y desagradable”, dijo Jay Lowder, de la Iglesia Protestante Harvest Ministries. “Es una tergiversación de la multitud de clérigos que han dado sus vidas para ayudar a las personas heridas. El verso de Bowie diciendo ‘ellos trabajan con Satanás mientras se visten como santos’ es atribuir la obra de Dios a través del hombre como siniestro y mal nacido desde su origen”, expresó. En Internet, sin embargo, todo se destruye y se construye tan rápidamente (Charly García dixit, “Parte de la religión”) que la sentencia cambió y ahora, simplemente, hay una “Advertencia de contenido: este video puede ser inadecuado para algunos usuarios. Al enviar tu confirmación, aceptas que esta advertencia ya no se muestre en el futuro”. Sólo basta con cliquear sobre la frase “lo entiendo y quiero continuar” para verlo. Fin de la cuestión.
Ahora zapping veloz y aparece la figura de Francisco, El Papa de las Américas según Discovery Channel, que estrenó el domingo pasado y difunde este mes el primer documental sobre el Santo Padre argentino y de San Lorenzo. Oportuno, impecablemente editado y con una secuencia de guión propio de las normas de estilo de la cadena, el programa resalta la curiosidad de un Papa llegado del fin del mundo para devolver a la Iglesia católica su entidad como protectora de los pobres y fuente de toda bondad. El documental reúne imágenes de archivo, los momentos cumbres de la elección desde la mismísima Plaza San Pedro de Roma y los testimonios argentinos de la hermana menor del Sumo Pontífice María Elena, el padre Ignacio Pérez del Viso (de la compañía de Jesús en Buenos Aires), Jorge Lozano (obispo de Gualeguaychú y amigo de Bergoglio), Lorenzo de Vedia (párroco de la Iglesia de Caacupé de la villa 21 de Buenos Aires), Alicia Oliveira y Clelia Luro, entre otros. Al estilo Discovery, resume en 48 minutos de producción artística el impacto de una de las noticias del año en el mundo, con especial epicentro en América latina y, por supuesto, en Argentina.
Bowie tiene 66 años, Bergoglio 77. Algo bastante más que una década los separa. Sin embargo, por un rato, en el veloz mundo de los medios electrónicos compartieron pantalla. Cada uno sigue con su vida, lidiando con sus propios demonios. Tal como nos pasa a cada uno de nosotros.
Archivos de imagen relacionados