La administración regional quiere mantener su uso cultural frente a la Iglesia, que quiere celebrar misas u otros actos todas las semanas. La Junta ha invertido 8 millones en su restauración.
La recuperación del uso cultural y turístico del Oratorio de San Felipe Neri, como centro de referencia del constitucionalismo en Cádiz, no parece tan sencilla.
A pesar de que el Obispado, propietario del edificio, ha manifestado en las últimas semanas su intención de que el templo, una vez concluida la conmemoración de los actos del Bicentenario, mantuviese un uso cultural compatibilizándolo con el religioso, las conversaciones que se vienen manteniendo con la Junta de Andalucía para que ésta colabore en la gestión del templo en coordinación con el vecino Centro de Interpretación no van por buen camino.
Así lo reconoce, en conversación con este diario, el delegado provincial del Gobierno de la Junta en Cádiz, Fernando López Gil, que ya ha mantenido varios encuentros sobre este tema con los rectores de la Diócesis.
"Las conversaciones sobre el Oratorio no están siendo nada fáciles. La discusión principal es que para nosotros hay que valorar como prioritario el evidente interés turístico y cultural que tiene el edificio mientras que para la Iglesia prima, según nos han dicho, el interés religioso".
En un principio se había planteado que a partir de 2013 el edificio pasase de nuevo a manos de la Diócesis pero manteniendo su carácter cultural pues está estrechamente relacionado con el recorrido que se realiza al Centro de Interpretación del Constitucionalismo, ubicado en un edificio anexo que gestiona la Junta por un plazo inicial de 25 años. Sí se iba a respetar el uso religioso pero siempre de forma muy puntual.
El problema es que, como destaca el delegado de la Junta, estas ideas no se plasmaron con claridad en un papel y ahora la Diócesis, que en este tiempo ha cambiado de titular tras la jubilación del obispo Antonio Ceballos, considera que el templo debe funcionar como tal, con la celebración de la misa dominical y con el desarrollo de actos religiosos durante el resto de la semana, en detrimento de un carácter más cultural y turístico.
López Gil rechaza esta propuesta recordando la fuerte inversión, 8 millones de euros, que la Junta realizó en un conjunto que estaba a punto de declararse en ruina.
"Espero que no sea así. No niego la celebración de alguna misa de forma ocasional, pero no considero que sea conveniente de forma regular", al considerar que de esa forma se rompería la continuidad del Oratorio como conjunto dedicado a la cultura y con una evidente atracción turística: 85.000 visitantes a lo largo de 2012.
Hay que tener en cuenta que el cierre del Oratorio impide visualizar la proyección que, sobre los muros del templo, sirve de colofón al recorrido del Centro de Interpretación.
La Iglesia reconoce que no tiene fondos para hacer frente al mantenimiento del templo, especialmente tras la reforma financiada por la Junta, y menos para pagar al personal que se tendría que encargar de controlar las visitas al conjunto. En este sentido, la Junta está dispuesta a financiar estos servicios siempre y cuando el Oratorio de San Felipe Neri siga siendo un referente cultural y turístico de la ciudad y no se limite al culto religioso.
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