El fundamento científico de semejamte práctica se encuentra en un jadiz, donde Mahoma aconsejaba a sus seguidores degustar orines de camello para sanar ciertas enfermedades.
El profeta Mahoma, que la paz descienda sobre él, tuvo la ocurrencia divina de exhortar a sus adeptos a ingerir orines de camello, por cuanto tal líquido, según él, tenía propiedades curativas. Sin embargo, el Mensajero de Alá, para regocijo de sus seguidores, no halló propiedades salutíferas en las heces, por lo que omitió cualquier invitación a su consumo con fines medicinales, cosa que la Umma le agradece.
Naggar, un prestigioso científico egipcio, afirmó en septiembre que la ingesta de micciones de camello sanaba muchas afecciones, por lo que recomendada su consumo. Y como Naggar es un reconocido científico sus sabios consejos médicos ya son seguidos con inusitado entusiasmo por muchos creyentes de Alá, como se demuestra en este VÍDEO.
En el vídeo, emitido por un canal egipcio, se observa cómo unos varones recogen en vasos la orina de un camello, para ofrecerla a unas musulmanes que lo beben con mucha fe, sin hacer aspavientos, mohínes mujeriles, ni gestos descompuestos. Claro, es su cultura…
La “Primavera árabe” ha abierto a muchos la mente, alabado sea Alá. Y pronto los doctores egipcios prescribirán la orina de camello, verdadero ungüento amarillo, como barato genérico contra la gripe e infecciones varias. Los turistas que viajen a Egipto deben tomar nota, porque el tratamiento a base de orines de camello de una vociferante aerofagia o tenaz diarrea puede tener consecuencias fatales.
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