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Especulación y fraude en las operaciones urbanísticas de la iglesia católica · por Antonio Gómez Movellán

En Madrid, una Fundación de la Iglesia católica (fundación Fusara), dependiente del arzobispado de Madrid, ha vendido unas 260 viviendas, repartidas en 14 edificios en los barrios más céntricos de la capital, a una empresa inmobiliaria en un operación muy sospechosa, dado que el precio de compraventa -unos 70 millones de euros- está muy por debajo del precio del mercado, y donde los únicos perjudicados serán los inquilinos que actualmente ocupan esos inmuebles con una renta moderada y que han acusado a la iglesia católica de corrupción, falsedad documental y estafa, ya que temen puedan ser desahuciados por los nuevos propietarios. La Iglesia católica, sus órdenes , congregaciones , asociaciones, fundaciones, universidades y muchas otras formas y personerías jurídicas bajo las que se enmascara, constituyen una potencia inmobiliaria en nuestro país, además de poseer el grueso del patrimonio histórico que hace que monumentos como la mezquita de Córdoba o la Catedral de Burgos sean administrados y explotados económicamente por los arzobispados sin dar cuentas a nadie ante los ojos impasibles del Ministerio de Cultura y de la Dirección General de Patrimonio Histórico, que en vez de actuar y poner orden en nuestro patrimonio histórico se encuentra inmovilizada y ni siquiera negligencias como la cometida recientemente en la mezquita de Córdoba hace que se rompa ese hechizo del inmovilismo público.

A pesar de esta riqueza inmobiliaria y de las operaciones y pelotazos urbanísticos que suele dar todo el entramado eclesiástico, el Estado español subvenciona ampliamente a esta iglesia multimillonaria no solamente a través de la vergonzosa X del IRPF, sino a través de subvenciones millonarias que las Administraciones del Estado dan a todas las instituciones católicas, y en especial a las educativas. ¿Por qué el Estado español tiene que subvencionar a entidades multimillonarias como la Iglesia católica? ¿Por qué se tienen que subvencionar sus colegios, sus residencias de ancianos, sus hospitales o sus asociaciones y fundaciones supuestamente caritativas? La asociación Europa Laica ha estimado en más de 12000 millones de euros las subvenciones que reciben anualmente las instituciones católicas en nuestro país. ¡Menudo Estado aconfesional!

La Iglesia católica en esta operación que está realizando bajo el nombre de la Fundación Fusara se comporta como un fondo buitre cualquiera en una operación urbanística opaca y seguramente fraudulenta, algo que se realiza casi a diario por instituciones católicas a través de pelotazos urbanísticos muchas veces con suelo público cedido o con terreno inmatriculado ilegalmente, como fue el caso de la operación que quiso hacer sobre suelo público, hace una década, en Madrid, en la Cornisa de las Vistillas, operación de momento parada por la protesta vecinal. Pero los pelotazos se dan por todo el país. Recientemente hemos denunciado, por ejemplo, los pelotazos urbanísticos en la compraventa de inmuebles por las Cruzadas de Santa María, que controlan la denominada Universidad Católica de Ávila y que en el año 2024 han culminado otro pelotazo urbanístico de la mano de la Diputación de Ávila, ya que a finales del mes diciembre han adjudicado más de 130.000 metros cuadrados a esta Universidad, además de uno de los edificios mastodónticos más característicos de la ciudad, el Colegio de huérfanos ferroviarios, de 12000 metros cuadrados, mediante un procedimiento de licitación pública hecho a la medida de las Cruzadas y sin apenas protesta de unos políticos que han medio regalado por 15 millones de euros lo que podría alcanzar un valor cinco veces superior. También en Ávila y también en el año 2024 han adquirido, por un precio no conocido, el emblemático edificio central administrativo que perteneció a la extinta Caja de Ávila “La Calera”, de casi 6000 metros cuadrados. Además, este tipo de operaciones de las instituciones católicas se realizan libres de impuestos, ya que no solo están amparadas en el concordato, sino también en la Ley de Fundaciones y Mecenazgo, que las libera definitivamente de pagar impuestos por transmisiones patrimoniales y plusvalías. La Iglesia católica y todas sus órdenes y sus fundaciones y chiringuitos diversos son, por estas gracias que les ha dado el legislador, buenos instrumentos para todo aquel que quiera defraudar a la hacienda pública. La Iglesia católica y sus fundaciones religiosas no solo en España, en todo el mundo, son especialistas en tres cosas: en primer lugar, en ser una de las cuevas preferidas del dinero negro y del blanqueo de dinero para las mafias; en segundo lugar, realizar actividades lucrativas y especulativas y hacer que parezcan como no lucrativas, y así aprovecharse de exenciones y beneficios fiscales diversos, y en tercer lugar, obtener fondos públicos y privados con destino a sus diferentes organizaciones de caridad, educativas o asistenciales y desviar ese dinero para otros fines enmascarándolos de mil maneras. La operación de compraventa de los inmuebles de la fundación católica Fusara parece reunir un poco de cada cosa (especulación, operación fraudulenta enmascarada en motivos caritativos y quién sabe si también lavado de dinero negro); esperemos al veredicto de los tribunales ante las denuncias de los inquilinos y, si como ya lo lograron cautelarmente hace unos años, logran anular, ahora definitivamente, esta fraudulenta, opaca y especulativa compraventa inmobiliaria.

*Miembro del Grupo de Pensamiento Laico.

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