Descargo de responsabilidad
Esta publicación expresa la posición de su autor o del medio del que la recolectamos, sin que suponga que el Observatorio del Laicismo o Europa Laica compartan lo expresado en la misma. Europa Laica expresa sus posiciones a través de sus:
El Observatorio recoge toda la documentación que detecta relacionada con el laicismo, independientemente de la posición o puntos de vista que refleje. Es parte de nuestra labor observar todos los debates y lo que se defiende por las diferentes partes que intervengan en los mismos.
Los recientes ataques a la Iglesia por parte de la extrema derecha nos enseñan, en primer lugar, el tipo de argumentos que emplea cuando tiene que criticar algo. Al parecer, la Iglesia defiende el rezo musulmán en Jumilla y a los inmigrantes porque le pesan los asuntos de la pederastia. El argumento es tremendo y demuestra que a la extrema derecha no le interesa el razonamiento ni la crítica inteligente sino el trazo grueso y la manipulación. Cualquier persona medianamente informada y razonable no puede entender eso. ¿Qué tendrán que ver los problemas de la pederastia en el seno de la Iglesia con defender a los inmigrantes? Pues, aunque ustedes no lo crean, esto cala en una parte de nuestra ciudadanía que está siendo manipulada con esto y con todo. Debemos seguir haciendo pedagogía todos los días, y aunque la Iglesia española merezca mil críticas, conviene que los críticos con la misma intenten desmontar y enfrentarse a este tipo de argumentos de una indignidad palpable.
Pero, además, la extrema derecha nos enseña que la Iglesia española es diversa y rica en su composición. Hay una parte que comulga, y nunca mejor dicho, con el extremismo, sin lugar a dudas, y luego hay otra que se preocupa de la gente, como Cáritas, una organización dedicada a eso, a las personas, a las que sufren, independientemente de su credo o pensamiento. Cáritas lleva mucho tiempo siendo incómoda para las derechas españolas, incluida la clásica o moderada, porque no sólo ayuda a la gente, sino porque pone de manifiesto que en España se sufre, que hay una pobreza enquistada y que los inmigrantes padecen graves problemas. Nunca dejaré de apoyar desde mi posición crítica con la jerarquía eclesiástica y contra los movimientos intolerantes en el seno de la Iglesia, la labor inmensa de esta organización.
La extrema derecha busca que triunfe la Iglesia tridentina, no, perdón, la nacionalcatólica. Los no católicos tenemos, insisto, una misión en esta materia también. No podemos, bajo ningún concepto, dejar pasar estas críticas.




