Había adquirido dos locales en las inmediaciones del monumento para trasladar, entre otras cosas, los enseres que se encontraban almacenados en la capilla donde se originó el incendio el pasado viernes.
El plan director de la Mezquita-Catedral de Córdoba, elevado a la Junta de Andalucía para su aprobación, ya recogía en el año 2020, dentro del apartado «Estado de conservación, uso y gestión«, la adquisición de inmuebles —una «infraestrutura de apoyo»— en las cercanías del monumento con la idea, no de protegerse del fuego, sino de «atender de una manera eficaz las necesidades del uso y la gestión del edificio».
Así, el plan, un documento «cuyo fin es servir de guía o directriz para todas las acciones que se han de acometer en el monumento de cara a su mantenimiento y conservación» y que aún no está aprobado oficialmente por la Junta, en su página 328 recogía: «Toda esta infraestructura y el equipamiento necesario permite que se puedan mejorar las condiciones de organización de los trabajos a desarrollar, descargando al edificio de espacios secundarios o de almacenamiento«.
El texto añadía entonces: «Actualmente, existen muy pocos que estén ocupados de forma permanente, siendo su número y extensión la mínima posible para las labores diarias de mantenimiento«.
En ejecución de este plan, el cabildo catedralicio, la institución de la Iglesia católica que gestiona en exclusiva —no hay participación pública— el monumento, había adquirido a principios de este año dos locales en las inmediaciones de la Mezquita para trasladar, entre otras cosas, los enseres —barredoras eléctricas y útiles de limpieza, entre otros— que se encontraban almacenados en una de las tres capillas afectadas por el incendio del pasado viernes —el tercero que se produce en la Mezquita-Catedral después de los de 1910 y 2001—. Así lo indicó el portavoz del cabildo, José Juan Jiménez, a Efe.
El deán de la catedral, Joaquín Alberto Nieva, abundó al respecto en una entrevista en TVE este lunes: «En nuestro plan director, [que está] en revisión contínua, ya tenemos previsto desde hace un tiempo un lugar próximo a este edificio que pueda servir para almacenaje. Pero eso está en proyecto para llevarse a cabo», dijo.
«Ese almacén [está allí] desde hace muchos años y no es el único almacén. En la misma capilla real, en el corazón de la mezaquita, en el subsuelo, también guardan sillas y otros utensilios», lamenta en conversación con Público el presidente de la plataforma ciudadana mezquita-catedral de Córdoba, Miguel Santiago. «Hay otros lugares dentro de la mezquita donde se almacenan, como debajo de la capilla real», exponen a este periódico otras fuentes también.
«La conservación preventiva es primordial en el patrimonio, algo de sentido común. Si yo prevengo, luego no tengo que actuar sobre lo dañado. Como en medicina, hay prevenir antes de que aparezca la enfermedad. No puede haber ningún lugar, se haya producido por lo que se haya producido [este incendio], donde haya almacenado material inflamable junto a bienes históricos, como retablos de madera, que tienen pigmentos, cubiertas de madera, vigas antiguas, tapices… también de alta probabilidad de incendiarse, todo cerrado por cortinas que no sabemos si tendrían tratamiento ignífugo», aseguró a Público Lola Baena, experta en patrimonio y conservación.
El deán admitió en Televisión Española que una de las capillas en efecto «contenía una serie de elementos para la limpieza«, agregó que esta «venía usándose para ese fin desde hace años y nunca había habido ningún problema». Además, el deán afirmó en esa misma entrevista: «Continuamente estamos supervisados por los bomberos y nos van dando indicaciones, nunca se nos había dado ningún tipo de advertencia sobre esta capilla».
La experta Baena, empero, considera que el deán puede tener cierta razón en que la administración autonómica, la Junta de Andalucía, que tiene competencias en materia de patrimonio, de protección, vigilancia y conservación «debía conocer y advertir sobre ese peligroso almacenamiento en lugar inadecuado en las inspecciones que debe realizar».
«Es necesario en todo bien patrimonial contar con un plan y protocolo estricto de prevención. Con ello, se podría haber evitado esta catástrofe, pues por mucho que quieran minimizarlo, los daños son muy importantes». «El viernes, a la Mezquita la salvaron el cuerpo de bomberos de Córdoba, el servicio público«, remacha Baena.
«No tienen preocupación por la experiencia cultural. Para ellos lo importante es el culto. No tienen miramientos, no son profesionales de la gestión del patrimonio, un profesional no hubiese permitido que en esas capillas estuviesen almacenados esos enseres», afirman a Público desde la plataforma por la mezquita. «Los curas, al culto; y los profesionales, al patrimonio. Es muy probable que un arquitecto de la Junta o del Ministerio no hubieran permitido ese almacenaje«.
En el plan director, en efecto, el cabildo deja claro nada más empezar, en su página tres, que «el uso religioso […] es su principal función, el origen de su construcción [hoy se ejerce en ella exclusivamente el culto católico] y su razón de existir«.
«No les preocupa el patrimonio. Les preocupa hacer caja, por eso abrieron al día siguiente. Están acostumbrados a hacer lo que quieren hacer, sin que nadie les diga nada, como si la mezquita fuese cualquier iglesia o convento», afirman desde la plataforma.
La plataforma reclama una investigación exhaustiva y un listado de todos los bienes dañados. En eso están ahora la Policía Científica y los técnicos de los bomberos. A la pregunta de si se plantean acudir a los juzgados, la plataforma prefiere esperar para saber: «Si no nos conformamos con el informe que se haga, esto podría ser motivo de denuncia judicial, pero antes tenemos que ver el informe técnico, de causas y daños. Lo otro vendría después».
El cabildo y el coste de la intervención
La consejera de Cultura de la Junta de Andalucía, Patricia del Pozo, en una entrevista en Onda Cero, estimó «inicialmente» y con cifras «en cuarentena» que el coste de la intervención tras los destrozos causados por el incendio podría alcanzar el millón de euros. «No creo que el cabildo tenga ningún problema en financiar esa intervención [….] Está financieramente muy aseado», agregó Del Pozo.
El cabildo, en efecto, publicó en su web en fechas recientes un documento en el que recoge ingresos de más de 22,4 millones de euros en el año 2024 y 16,9 millones en gastos, con un beneficio superior a los 5,5 millones de euros. «La cuestión no es un tema económico, ya que, a la hora de afrontar el plan de actuación previsto para la recuperación y restauración precisas, ante los daños causados por el incendio, el Cabildo dispone de un fondo de contingencia, que dota anualmente, en previsión, por si hubiera en algún momento algún tipo de desgracia, pues como ha ocurrido ahora», dijo el portavoz del cabildo, José Juan Jiménez, a Europa Press. Por eso, insistió, «la cuestión económica no va a ser ningún problema. El cabildo puede afrontar económicamente la restauración«.
El Gobierno andaluz aprobó este lunes las primeras labores de emergencia en la Mezquita, una serie de medidas estrictamente necesarias de acopio, revisión, limpieza y estudio detallado de los escombros consecuencia del fuego. También se recoge el apuntalamiento de una columna, el derribo de los restos calcinados de las estructuras de madera de las cubiertas y la protección temporal frente a los agentes atmosféricos de las capillas que han sufrido desperfectos, recoge Europa Press. «Al término de esta intervención se presentará la propuesta de restauración definitiva«, aseguró del Pozo.





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