El año pasado fueron detenidos 15 menores por actividades terroristas, más del doble que en 2023.
Las redes sociales son el medio fundamental a través del que se irradia la propaganda yihadista entre los jóvenes.
Los cuerpos policiales de los países europeos están emitiendo alertas por la creciente implicación de menores de edad en actividades yihadistas. Así lo pone de manifiesto un informe del Centro Memorial de las Víctimas del Terrorismo, dependiente del Ministerio del Interior, que subraya que «los datos de España de los últimos dos años avalan la alarma de los servicios de seguridad» porque «el número de detenidos menores de 18 años se ha incrementado de manera espectacular desde 2023».
Según el balance de Interior, el año pasado fueron detenidos 15 menores por su presunta implicación en actividades terroristas, más del doble que en 2023 (6) y un incremento del 150% en apenas un año. La tendencia no se ha detenido este 2025 porque en el primer semestre ya son 7 los menores vinculados al yihadismo arrestados por los cuerpos de seguridad. El incremento es manifiesto si esas cifras se comparan con los años precedentes, ya que entre 2017 y 2022 solo hubo 8 menores detenidos.
El investigador italiano Lorenzo Vidino, experto en islamismo radical, ha bautizado este fenómeno como el «yihadismo Tik Tok» porque las redes sociales son el medio fundamental a través del que se irradia la propaganda yihadista entre los más jóvenes.
De hecho, el año pasado hubo numerosos detenidos por difundir propaganda yihadista en las redes sociales, cuyo target son siempre los más jóvenes. Entre esos detenidos hay un ciudadano marroquí de 45 años arrestado en Málaga por gestionar un perfil de Tik Tok que difundía propaganda de Estado Islámico, incitaba a la comisión de atentados y promovía la captación de terroristas. Hubo detenciones similares en Teulada (Alicante), Cornellà (Barcelona) y Colmenar Viejo (Madrid).
Incluyendo esos 15 menores detenidos, el año 2024 se cerró con el arresto de 81 sospechosos de actividades yihadistas en España, la cifra más alta desde 2005, año marcado todavía por la ofensiva policial contra el yihadismo después del 11-M. Además, hubo otras ocho detenciones en países vecinos como consecuencia de investigaciones de la Policía Nacional o la Guardia Civil. Esos datos sitúan a España como el país con más arrestos, por delante de Francia (69), Italia (62) y Alemania (55).
España y Francia, epicentro de menores radicalizados
La alarma por el aumento de menores vinculados al yihadismo también se ha activado en otros países europeos como Alemania, Italia, Holanda, Reino Unido o Bosnia-Herzegovina y, muy especialmente, en Francia, donde el 21% de los yihadistas detenidos en 2024 eran menores, y cuyos servicios de inteligencia han advertido de que la principal amenaza yihadista en el país «son los menores radicalizados por internet».
En España, el Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado (CITCO) también ha constatado que «los procesos de radicalización se llevan a cabo a una edad cada vez más temprana» y la Fiscalía de la Audiencia Nacional alertó, en su memoria de 2024, de que «la radicalización yihadista en España se caracteriza por la juventud», con los espacios virtuales «como catalizadores del proceso de radicalización».
En todo caso, Francia y España se han consolidado como epicentro de los jóvenes extremistas, tal y como lo demuestran los datos de Europol: en 2024 fueron detenidos en la Unión Europea 62 menores de edad por actividades yihadistas, y más de la mitad (55%) de esas detenciones se practicaron en Francia (19) o España (15).
Europol también llama la atención sobre «la falta de convicciones ideológicas claras» de estos jóvenes radicalizados, una desorientación ideológica que Interior también ha detectado en España. «En fechas recientes se ha detenido por difundir mensajes yihadistas a un joven de nacionalidad española que con anterioridad había utilizado las redes sociales para transmitir mensajes de extrema derecha. El detenido, además, ni siquiera se había convertido al islam», recuerda.
Además de las detenciones, también han crecido significativamente los procedimientos judiciales contra menores de edad: solo en 2024 se tramitaron 26 causas contra jóvenes de entre 14 y 18 años por parte del Juzgado Central de Menores. «La evolución en España del número de menores radicalizados por la propaganda yihadista justifica plenamente la inquietud de los servicios policiales y de inteligencia que tienen que hacer frente a esta amenaza», recalca el informe del Centro Memorial de Víctimas del Terrorismo.
Menores con material explosivo
La relación de los menores con el yihadismo no se limita solamente a ver vídeos de Tik Tok o difundir propaganda en internet, sino que en muchos casos va acompañada de actuaciones preparatorias de atentados terroristas, lo que pone de manifiesto la peligrosidad de estos jóvenes.
El Centro de Víctimas del Terrorismo recuerda que el pasado octubre el Juzgado de Menores de la Audiencia Nacional condenó a cuatro años y medio de internamiento a un joven de 17 años detenido en la localidad sevillana de Montellano por preparar un atentado con explosivos. El arrestado estaba ensayando una bomba con triperóxido de triacetona (TAPT), un explosivo casero conocido como ‘madre de Satán’. Es la misma sustancia hallada en el chalet de Alcanar donde murió el imán de Ripoll, considerado el cerebro del atentado en la Rambla de Barcelona, el 17-A.
En la vivienda de este joven de Montellano, la Policía encontró los componentes necesarios para fabricar TAPT, además de una bomba montada con metralla, un machete, un chaleco militar táctico y una bandera del Daesh. En Madrid, Barcelona y Elche también hubo el año pasado detenciones de menores a los que se les incautó material explosivo listo para la comisión de atentados.
Propaganda más sofisticada, con inteligencia artificial
Las redes sociales y las aplicaciones de mensajería como Telegram se han convertido en el principal medio para difundir los mensajes yihadistas entre los jóvenes y esa propaganda es cada vez más sofisticada. En ese sentido, el Centro de Víctimas del Terrorismo destaca que Estado Islámico llevó a cabo el pasado año «una intensa campaña de propaganda» para promocionar el atentado de Bamiyán, en el que murieron cuatro turistas españoles en Afganistán.
«El grupo yihadista difundió comunicados, publicó revistas, hizo varios vídeos, infografías y un podcast sobre el atentado», dice en su informe, en el que recalca que «incluso utilizó por vez primera la inteligencia artificial (IA) para recrear un supuesto informativo de televisión dedicado a la acción terrorista».
Esa propaganda suele incluir «llamamientos a posibles actores solitarios a realizar atentados en los países occidentales» y se traduce a muchos idiomas, siendo el español uno de los más utilizados. «La difusión de contenidos yihadistas traducidos al español es una práctica ya habitual, casi normalizada, por parte del Daesh. Este grupo tiene diversas estructuras dedicadas a esa actividad, la más habitual la denominada ‘Voz de Al Andalus’, que acostumbra a traducir comunicados al español de las actividades yihadistas y a difundirlos», dice el informe de Interior.
Además de la sofisticación, la propaganda es cada vez más explícita porque los menores detenidos están muy acostumbrados a ver «vídeos de decapitaciones» en sus teléfonos móviles, según refleja el Ministerio del Interior francés, que también identifica a esos menores como consumidores habituales de la propaganda del Daesh.
La Fiscalía francesa apunta en la misma dirección al señalar que «estamos ante una generación digital y la radicalización se produce por esos canales». Por su parte, el servicio de inteligencia de la Policía gala ha recalcado en otro informe que la radicalización en las redes sociales ha sustituido a la que antes se daba en las mezquitas integristas debido a la mayor presión policial sobre esos centros religiosos.





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