El montaje que cada Navidad visitan miles de personas recuerda a la ciudad fortificada de Ait Ben Haddou.
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ha inaugurado este viernes el tradicional belén de la Real Casa de Correos que este año es un homenaje a la ciudad fortificada marroquí de Ait Ben Haddou, Patrimonio de la Humanidad desde 1987 y que ha sido escenario de numerosas películas y algunas muy conocidas, como Lawrence de Arabia o Gladiator. La jefa del Ejecutivo regional ha hecho un pequeño recorrido por la instalación junto a Eugeni Barandalla, presidente de la Asociación de Belenistas de Madrid, la organización que un año más, y ya van 22, se ha afanado estos últimos meses en la creación del belén.
Díaz Ayuso ha alabado el trabajo del más de medio centenar de voluntarios que ha hecho posible el Nacimiento de este año, que es una de las visitas obligadas de la Navidad madrileña. La instalación ocupa 145 m2 y tiene más de 480 figuras de importantes belenistas como José Luis Mayo, los hermanos Castells o hermanos.
El belén tiene 30 metros de ríos y cascadas «que aportan frescura y realismo», según ha señalado Díaz Ayuso, que también ha detallado que para su construcción se han empleado 1.200 kilos de corcho, 120 cajas de musgo y unos 1.000 kilos de arenas y piedras.
Los visitantes podrán disfrutar de «una imagen de otro tiempo», según la presidenta, que ha invitado a todos los madrileños a visitar durante las próximas fiestas la Real Casa de Correos, que como ya sucedió el año pasado será escenario de un ciclo de 300 corales procedentes de 40 municipios que cantarán en horario de mañana y tarde hasta el 31 de diciembre.
Los belenistas tratan de sorprender cada año con montajes nuevos, y este año han decidido innovar con dos ambientes diferenciados, según ha trasladado Eugeni Barandalla. El primero traslada a ese pueblo del desierto que evoca a Ait Ben Haddou. Se han representado, con gran detallismo, calles bulliciosas, puestos de venta ambulante y jaimas típicas bereberes.
En el otro, una pequeña isla rodeada de agua cristalina, surge el Nacimiento como «símbolo de la vida que representa la venida del Señor» y «faro espiritual y refugio de paz». Dos ríos descienden desde las montañas desembocando en una cascada de 17 metros de longitud, aportando frescura y realismo al entorno.
El belén reproduce un total de ocho escenas con construcciones completamente nuevas que se han realizado expresamente para este belén. Son el Sueño de José, la Anunciación a la Virgen María, la Visitación a Santa Isabel, Pidiendo Posada, la Anunciación a los pastores, la Natividad, la Adoración de los Reyes Magos y la Huida a Egipto.
Discurso navideño de Ayuso
«Invitamos a todos a contemplar este Nacimiento, mientras disfrutamos de los 300 coros que van a cantar en directo en este patio, mañana y tarde, hasta final de año», ha proclamado Díaz Ayuso, que durante el acto de inauguración del belén ha pronunciado un discurso con marcado carácter religioso que a su vez ha sido una férrea defensa de la Navidad, de su significado y de su íntima relación con la infancia de cada uno.
«Cuando nace un niño en la familia, el mundo se renueva, la vida cotidiana se para y todos nos reunimos a celebrar. Hace ya más de dos mil años, en Belén, nos nació un niño a todos«, ha comenzado la presidenta madrileña, que ha asegurado a continuación que «nada hay más nuevo que la Navidad».
«La Navidad nos recuerda que, para un cristiano, el pesimismo es imposible, porque el cristianismo consiste en el reconocimiento de la libertad y su apelación a ella», ha señalado en otro momento de su intervención, para lamentar que «cada vez se lee y se oye menos la palabra Navidad». «No dejemos que nos la censuren», ha añadido, «los que la odian, ellos sabrán por qué, van contra todo lo inocente y todo lo bonito de este mundo».
El discurso de la presidenta ha sido también una defensa de la figura de Jesucristo. «Jesús jamás dejó de respetar la ley, y siempre llamó a cumplirla, a todos», ha asegurado, a la vez que ha dicho que «fue el primero que reclamó la igualdad ante la ley para hombres y mujeres». «No dejaremos de celebrar la Navidad y todas sus palabras de alegría», ha aseverado la jefa del Ejecutivo, pues ha defendido que por la «herencia cristiana» estamos llamados a «ser fieles, verdaderos y alegres como niños».
