Un grupo de vecinos del barrio de Las Filipinas de Alhama de Murcia se presentaron ayer por la tarde en el Pleno del Ayuntamiento para protestar por la próxima construcción de una mezquita en el barrio. «Instamos al Pleno a actuar con responsabilidad y a escuchar a los vecinos», aseguraban en un manifiesto, en el que solicitaban al Consistorio que modifique con «urgencia» la legislación vigente, estableciendo «normativas claras que regulen la ubicación de este tipo de actividades».
«Este es un barrio que de manera unánime expresa su preocupación y oposición ante la decisión de implantar esta actividad en nuestro entorno inmediato», señalaba el portavoz vecinal, argumentando que esa actividad en un local de pública concurrencia con una capacidad declarada para 248 personas genera «inquietud y temor por las repercusiones que tendrá en la convivencia y descanso».
Según el colectivo vecinal, antes de comenzar las obras, en 2017, los promotores conocían la oposición vecinal. «Ni ellos ni la autoridad competente han consultado con los vecinos el sentir respecto a la implantación de esta actividad en nuestro barrio». La asociación vecinal de Las Filipinas protestó, además, por «el ruido que se produce con la llamada a la oración a través de altavoces exteriores, especialmente en horarios tempranos o tardíos».
La alcaldesa de Alhama de Murcia, María Cánovas, convocó hace unos días una reunión a tres bandas sobre este asunto, donde la regidora ofreció la posibilidad de que el Ayuntamiento comprara el edificio donde se quiere construir la mezquita. Los vecinos recuerdan que la comunidad musulmana mostró rechazo: «Ni siquiera miraron las propuestas de otras posibles ubicaciones».