A las puertas de la Magna que marcará el final de año, José Luis Sanz plantea un cobro a las hermandades ante el número de eventos extraordinarios de las hermandades que requieren de intervención de servicios públicos
Es un debate al alza en el mundo cofrade y en la ciudad en general. ¿Hay demasiadas salidas extraordinarias en Sevilla?, ¿cómo se regula?, ¿cuánto cuesta? Este lunes, el alcalde de Sevilla, José Luis Sanz, se sentó ante los micrófonos de Canal Sur Radio para analizar una agenda cofrade de lo más cargada hasta final de año. Un calendario centrado en la celebración del II Congreso de Hermandades y Piedad Popular que se celebrará el próximo mes de diciembre. “La fecha no es la mejor pero es la que hay al celebrarse en esa fecha el Congreso”, señaló el alcalde.
Durante su conversacion, Sanz indicó que según los datos del pasado Puente de diciembre en 2023, “Sevilla estaba desbordada», por lo que, de repetirse la tendencia de visitantes y actos en la ciudad, al margen del Congreso, «los preparativos de esta histórica procesión estén siendo muy complejos”.
Las tensiones entre Ayuntamiento y Consejo de Hermandades son notorias. Unas tensiones que de nuevo se han puesto en evidencia, al menos, en cuestiones organizativas. La realidad es que, faltando poco más de dos meses para la celebración de la Magna, aún existen pocos detalles cerrados y demasiados en el aire. Algo que se contrapone con todo el tiempo de preparación del que se ha dispuesto. La celebración de esta procesión se anunció oficialmente el 11 de octubre de 2023. Posteriormente, el 26 de enero de 2024 se confirmaron las imágenes participantes y el horario de inicio de la misma.
Convivencia ciudadana y más detalles de la magna
Sanz indicó que una organización de tal magnitud de eventos requiere mucha preparación y un gran esfuerzo organizativo: “La movilidad también nos preocupa para que la ciudad no se colapse. Las procesiones no me cansan aunque no termine de ver mezclar procesiones con la Navidad. Como cofrade también entiendo que haya gente que se canse y se enfade al ver el casco histórico de la ciudad colapsado por procesiones en cualquier fecha del año”.
Si nos remitimos a los datos del año pasado y a partir un inventario propio en ausencia de uno oficial -ni el Ayuntamiento ni el Consejo cuentan con un listado público-, éstos reflejan la existencia de más de 450 cultos externos en la ciudad de Sevilla el pasado de 2023. En este sentido hablamos de salidas procesionales, salidas extraordinarias, rosarios, vía crucis, traslados, procesiones eucarísticas y procesiones de cruces de mayo. En este inventario, están contempladas las celebradas por hermandades y por asociaciones civiles.
Más de 1.500 patrullas de Policía Local para atender esta agenda
Es más, no existió ningún mes del año en donde no hubiera algún tipo de acto externo cofrade en Sevilla. Si a esto se le suma la cobertura policial, hablamos de que las procesiones de 2023 necesitaron la cobertura de más de 1.500 patrullas policiales y más de 3.000 agentes. Una cifra que resulta de una extrapolación de las necesidades de cada uno de estos actos extraordinarios que requiere de media de tres patrullas de Policía Local. En todas estas patrullas hay dos agentes, como mínimo.
Pero no solo el problema reside en la Policía Local. Otros servicios municipales como el transporte o el de bomberos, también se ven afectados por el exceso de este tipo de actos. El alcalde de Sevilla no pasó por alto la oportunidad de avanzar nuevos aspectos relacionados con el dispositivo del próximo 8 de diciembre: “se habilitará el Charco de la Pava como aparcamiento y Tussam dispondrá de lanzaderas hasta la zona de San Telmo. Por este motivo, se le instó a las hermandades a descartar esa zona como recorrido oficial”. Además, señaló que se esperan más de 500 autobuses procedentes de toda España.
Todo esto hace que las procesiones estén en el punto de mira del Ayuntamiento. La seguridad, la movilidad y la planificación de todos estos actos ocupan la agenda y la preocupación de la cúpula política local.
La problemática policial y la gran cantidad de extraordinarias
Otra de las grandes problemáticas son las más de 50 procesiones que tendrán lugar en Sevilla en el último trimestre del año. “Barbaridad quizás no sea la palabra pero hay que ser conscientes de que debemos empezar a ordenar la cantidad de salidas extraordinarias que afronta la ciudad”, opinó el alcalde.
El alcalde también relacionó este problema con la falta de efectivos policiales que sufre la ciudad: “A Sevilla le faltan 500 policías locales y otros tantos policías nacionales. Es un problema estructural que llevamos arrastrando varios años y que supone organizar cualquier evento con mucho tiempo de antelación”. La plantilla de policía local cuenta con poco más de 1.000 efectivos a los que hay que añadir 55 de pronta incorporación frente a los 1.259 funcionarios que aprobó el gobierno de Espadas.
Un problema que además de ser logístico es económico. El Consistorio debe destinar un gran esfuerzo a las horas extras de los policías locales ya que la retribución por hora extra está en unos 30 euros y cuando un agente acude a su puesto de trabajo en una jornada que no le tocaba para reforzar un dispositivo de seguridad, la retribución de ese día es el equivalente a ocho horas extras (240 euros).
Preguntado por una posible solución a este problema indicó que “es imposible que las cofradías puedan pagar lo que cuesta las horas extras de dos o tres patrullas. Se podría plantear la existencia de una tasa para regular el despliegue policial”, indicó el alcalde en la emisora pública de radio.
En los últimos años han tenido lugar numerosas huelgas de la policía local reclamando un control y mejor retribución de las horas extras. De hecho, lleva tanto tiempo arrastrando este problema que en la famosa Semana Santa del 2000, la de la Madrugá de la carreritas, los sindicatos ya se encontraban en plena disputa con el Ayuntamiento de Sevilla por este mismo asunto. El último episodio de tensión fue en julio de este mismo año cuando los sindicatos denunciaron atrasos en el pago de estas horas y amenazaron con ir a la huelga, un asunto que también tensionó las relaciones entre la local y el Consistorio este mismo año.