Tres meses después de su salida de la Iglesia católica, las religiosas excomulgadas son asesoradas espiritualmente por Rodrigo da Silva, fundador de la Sociedad de San José tras ser expulsado por los lefebvrianos y que ya ha intentado sospechosas operaciones económicas en varios países
Las ex monjas cismáticas de Belorado tienen nuevo ‘Papa’. Después del cura coctelero y el obispo falso Pablo de Rojas, las religiosas excomulgadas, que cumplen tres meses después de su abrupta salida de la Iglesia, han confiado en Rodrigo da Silva, de 33 años, proveniente de Brasil y que, desde hace unas semanas, acompaña “espiritualmente” a la ex abadesa y las monjas truferas. Y, por lo que sostienen quienes conocen las actividades del falso prelado, también económicamente.
La biografía del nuevo ‘Papa’ de Belorado no tiene desperdicio, con postulados evidentemente sedevacantistas. Esto es: reniegan del Concilio Vaticano II y no reconocen a ningún Papa posterior a Pío XII. De hecho, como hacen las ex religiosas, y hacía antes De Rojas, califican a Bergoglio como “el gran hereje”. Eso sí: Da Silva da un paso más y, según han confirmado a elDiario.es investigadores brasileños que han seguido la pista del falso obispo, ha pasado a venerar a Adolf Hitler (son varias las imágenes en las que posa junto a cuadros del líder nazi), apadrinando, a través de Telegram, posicionamientos abiertamente neonazis, que mezclan material de piedad católica con frases de Hitler, Franco y Léon Degrelle.
Da Silva nació en 1991 en Recife, en el noreste brasileño, e ingresó con apenas 15 años al seminario menor de la diócesis Pernambuco-Recife. Pronto fue expulsado, y encontró refugio en un monasterio benedictino tradicionalista, desde donde pasó a otro seminario ultra situado en Francia. En 2017 fue ordenado sacerdote por Richard Williamson, uno de los cuatro obispos lefebvrianos, pero más tarde acabó expulsado de la congregación fundada por Lefebvre tras negar el Holocausto nazi.
La relación duró apenas un año, y Williamson acabó echando al brasileño: lo consideraba demasiado ultra. En 2021, otro falso obispo ordenado por Lefebvre, Daniel Dolan, ordenaba a su vez a Da Silva como obispo en Ohio. Ambos crearon un seminario ultra en Brasil, el de San José, donde Da Silva ejerce como rector, y desde el que entraron en contacto con las monjas de Belorado una vez que estas publicaron su famoso ‘Manifiesto Católico’ en el que anunciaban su salida de la Iglesia.
“Está conociendo a las monjas, y está, principalmente, dándoles el apoyo espiritual que necesitan. Desde que leyó el Manifiesto Católico de las monjas clarisas de Belorado, él quedó asombrado por tanta profundidad de comprensión de estas monjas”, sostuvo Diogo Rafael Moreira, portavoz de la ‘Sociedad San José’, grupo liderado por Da Silva, en declaraciones al programa ‘Todo es mentira’. Su presencia fue confirmada por las exmonjas en esa misma emisión de Cuatro.
Moreira explicó que el nuevo obispo fake de Belorado lleva un par de semanas conociendo a las monjas y brindándoles asistencia religiosa tradicionalista. “Hemos cruzado el océano Atlántico para ayudar a estas monjas de la mejor manera posible, dándoles asistencia espiritual en medio de este tiempo de gran tribulación”. Algo que, hasta la fecha, no habían podido hacer, debido a la presencia de De Rojas y Ceacero en Belorado. De hecho, por lo que parece, una de las causas de la expulsión de la Pía Unión fue el progresivo acercamiento a la Sociedad de San José.
¿Qué pretende Da Silva? Quienes conocen al nuevo ‘obispo fake’ de las cismáticas de Belorado lo definen como un religioso obsesionado por “apoderarse de las propiedades” de congregaciones religiosas sedevacantistas, algo que ya hizo tanto en Brasil como en México o en Estados Unidos. “Rodrigo da Silva es un personaje peligroso”, afirman expertos en sectas en Latinoamérica, que apuntan a que el brasileño podría estar detrás de los posibles ‘benefactores’ que, en su día, quisieron comprar los conventos de Belorado, Derio y Orduña.
Entretanto, las exreligiosas continúan denunciando la “asfixia económica” a las que les somete, en su opinión, el Arzobispado de Burgos. Aunque cada vez más solas: a la bajada del interés mediático se ha unido la desaparición de muchos de los apoyos que tuvieron en los primeros momentos.
Así, en estos tres meses, las monjas cismáticas han cambiado tres veces de abogado (el bufete cántabro que las apoyó en su proceso de excomunión ha dejado de trabajar con ellas, puesto que no podían pagarles, y ahora les atiende legalmente un hermano de la ex abadesa de Belorado), y su campaña de crowdfunding apenas ha recaudado 2.700 euros, muy lejos de los 20.000 que precisaban, con urgencia, para hacer frente a algunos pagos.
Aunque el pago de las deudas, que superan los 50.000 euros, lo está acometiendo la Federación de Clarisas, auténticas propietarias de los tres monasterios desde la excomunión de las diez ex religiosas. De hecho, en un comunicado emitido a través de Instagram, la ex abadesa Laura Gil de Biedma acusa al comisario pontificio, Mario Iceta, de estar “hundiendo los monasterios, literalmente los está hundiendo, los está llevando a la ruina dentro de nada, si Dios no lo impide”. Tanto es así, asegura, que de seguir así después del verano los conventos “estarán arruinados, si no embargados, si no vendidos a los bancos”. “No pagan el gas, no pagan los teléfonos, no pagan internet, la fibra óptica”, lamenta la ex abadesa, que al menos reconoce que “están pagando la luz”, pero no la alimentación, ni los sueldos de muchos de ‘sus’ trabajadores.
En cuanto al proceso de desahucio, todo está parado, al menos, hasta después del verano. Lo que sí ha comenzado es un proceso de verificación de la posible vulnerabilidad de las exmonjas, paso previo a cualquier proceso judicial, y que está llevando a cabo la delegación de Bienestar Social de la Junta de Castilla y León. Por ahora, el único apoyo público de las exclarisas viene del ‘creador digital’ Cake Minuesa, que esta semana las ha visitado en Belorado: “Las clarisas de Belorado lo tienen claro y yo, estoy con ellas”, sostiene.