El cura abusador y el vicario que fue testigo y no denunció ya han fallecido
El Arzobispado de Barcelona ha emitido un comunicado en el que admite la existencia de dichos abusos, así como del «encubrimiento», y las medidas adoptadas en los últimos meses
El vicario de entonces «manifiesta expresamente en su declaración que nunca vio nada, pero sí sabía que en las reuniones habituales del párroco con algunos de los niños de la parroquia, podía suceder algo irregular». «A pesar de todo nunca lo denunció a sus superiores»
¿Hubo una ‘red de pederastia’ en la parroquia de San Félix Africano? Tres días depués de que El País publicara que un cura abusó de varios monaguillos de la parroquia en los años setenta, en un caso conocido, aunque no denunciado, por el vicario parroquial de aquellos años, el Arzobispado de Barcelona ha emitido un comunicado en el que admite la existencia de dichos abusos, así como del «encubrimiento», y las medidas adoptadas en los últimos meses.
Así, la diócesis admite los abusos de mosén Josep Marimé, párroco de San Félix Africano en los 70, y fallecido en 2010, denunciados por Aurelio Álvarez, a quien reconoce como «víctima de abusos sexuales» y sufraga «el coste íntegro del tratamiento» psicológico.
Durante la investigación eclesiástica, añade la nota, se constató la existencia de al menos un testigo de los posibles abusos, el entonces vicario Mn. Pere Muñoz, quien «manifiesta expresamente en su declaración que nunca vio nada, pero sí sabía que en las reuniones habituales del párroco con algunos de los niños de la parroquia, podía suceder algo irregular».
«A pesar de todo, nunca lo denunció a sus superiores», admite la diócesis, que añade que el religioso «explica la existencia de otro sacerdote externo a la parroquia, de quien no recordaba el nombre, que también intervenía».
«Aunque la víctima, el Sr. Aurelio Álvarez, dice que hay más víctimas, y que también se desprende de la declaración de Mn. Pere Muñoz, no hay ninguna otra denuncia aparte de la del Sr. Aurelio Álvarez»
«Aunque la víctima, el Sr. Aurelio Álvarez, dice que hay más víctimas, y que también se desprende de la declaración de Mn. Pere Muñoz, no hay ninguna otra denuncia aparte de la del Sr. Aurelio Álvarez», recuerda la diócesis. No obstante, añade, el cardenal Omella «ordena que se abran diligencias para determinar las responsabilidades que se puedan derivar».
Silencio, encubrimiento y reparación
Y es que, subraya el Arzobispado, «aunque el encubrimiento no estaba previsto en el Derecho canónico aplicable a la época de los hechos, se considera que con su silencio había perjudicado gravemente a las víctimas, que la infracción era grave y que era necesaria una reparación». Y así se hizo, siempre según la información de la diócesis: «el 14 de diciembre de 2023 se dicta el decreto y se resuelve imponer a Mn. Pere Muñoz el remedio penal de reprensión acompañado de penitencia. Esta penitencia consistía en que él mismo pidiera perdón por su omisión a través de un escrito dirigido al Sr. Aurelio Álvarez». Con todo, «la avanzada edad y la enfermedad» del testigo encubridor «impidieron la formalización por escrito del perdón al Sr. Aurelio Álvarez».
El vicario falleció en mayo de este año, momento en que la diócesis de Barcelona se lo comunicad a la víctima y le transmite, «en nombre de Mn. Muñoz, el perdón que el difunto no tuvo tiempo de formalizar por escrito». En ese momento, relata el Arzobispado, «el Sr. Álvarez nos pide conocer exactamente qué declaró Mn. Aurelio Muñoz, y el 24 de mayo de 2024, fruto del absoluto compromiso con la transparencia por parte del Arzobispado de Barcelona, se le facilita la lectura de la declaración íntegra de Mn. Pere Muñoz. El Sr. Aurelio Álvarez nos manifiesta su agradecimiento por haber podido leer este documento. La comunicación con el Sr. Álvarez ha sido fluida a lo largo de este año, tanto telefónicamente como por correo electrónico».
El comunicado concluye mostrando que «que estamos a la absoluta disposición del Sr. Aurelio Álvarez con el objetivo de que pueda reparar la profunda herida personal y espiritual que le provocó el abuso sexual que sufrió». Al mismo tiempo, «reiteramos nuestra solicitud de perdón ante todas las posibles víctimas y las animamos a que comparezcan ante el Arzobispado de Barcelona y presenten su denuncia», finaliza la nota.
