Según la legislación neerlandesa, la persona que quiera acceder a este derecho debe experimentar un sufrimiento insoportable «sin perspectivas de mejora».
Países Bajos ha concedido la eutanasia a una mujer de 29 años con graves patologías de salud mental después de que ésta se sometiera durante años, sin éxito, a un sinfín de procedimientos médicos para mejorar su situación. La joven, llamada Zoraya Ter Beek, llevaba desde su infancia luchando contra varios trastornos de personalidad no diagnosticados, así como una depresión crónica, ansiedad y traumas.
A pesar de haber asistido a múltiples tratamientos, entre ellos terapias de conversión y electroconvulsivas, tendentes a devolverle su calidad de vida, los médicos le comunicaron que su caso carecía de solución. Tampoco fue posible paliar el sufrimiento que padecía a diario a través de medicación. Ahora que su país le ha permitido acceder a una muerte digna, la holandesa ha confesado sentirse «aliviada» al saber que va a poder poner fin este mayo a sus incurables padecimientos.
La ley neerlandesa, que se aprobó hace más de 20 años, permite acceder a la muerte asistida en el supuesto de que la persona padezca «un sufrimiento insoportable sin posibilidades de mejorar«. Además, el paciente debe estar en pleno uso de sus facultades mentales y disponer de información previa respecto al procedimiento al que va a ser sometido. Los estrictos controles que exige la legislación para llevar a cabo la eutanasia incluyen que una junta revise todos los casos y éstos necesitan el aval de, al menos, dos opiniones médicas.
A pesar de la vorágine de críticas que la joven ha recibido a través de las redes sociales desde que comunicó su decisión de solicitar la eutanasia en abril, Ter Beek pondrá fin a su vida en casa junto a su pareja. Un equipo médico se desplazará hasta su domicilio y le suministrará sedantes que le adormecerán poco a poco, de manera que no experimentará sufrimiento alguno durante su muerte.
«Comenzarán dándome un sedante y no me darán los medicamentos que detienen mi corazón hasta que esté en coma. Para mí será como quedarme dormida. Mi compañero estará allí, pero le dije que está bien si necesita salir de la habitación antes del momento de la muerte», ha declarado recientemente a The Guardian.
Aumentan los casos de eutanasia en pacientes psiquiátricos
Países Bajos fue el primer país del mundo en legalizar la muerte digna y actualmente es uno de los estados que más practica la eutanasia, aunque sigue siendo poco frecuente en el caso de pacientes con patologías mentales. El año pasado se realizaron 138 eutanasias a personas con problemas de índole psiquiátrica, el 1,5% del total de muertes asistidas.
Años antes, en 2019, se hizo público el caso de la adolescente neerlandesa de tan solo 17 años, Noa Pothoven, quien solicitó la eutanasia al sufrir estrés postraumático y depresión. La joven, que fue víctima de agresiones sexuales durante su infancia, no fue nunca capaz de superar los numerosos traumas derivados de tales violencias. Por ello, intentó suicidarse en varias ocasiones y padeció varios trastornos alimenticios que le impidieron gozar de calidad de vida.
«Por fin voy a ser liberada de mi sufrimiento porque es insoportable. No me intentéis convencer de que esto no es bueno. Es una decisión bien considerada y definitiva«, confesaba apenas una semana antes de poner fin a su vida, a través de sus redes sociales.