El consejero andaluz de Universidad asegura que los diputados podrían mandar a sus hijos a una universidad privada y recibe los reproches de la oposición.
El PP sigue adelante, con el apoyo de Vox, con los trámites –esta vez el debate de totalidad en el Parlamento autonómico– para lanzar dos nuevas universidades privadas en Andalucía, ambas en Málaga, la Universidad Europea de Andalucía y la Universidad Alfonso X Mare Nostrum, que se unen a las tres ya existentes.
Con esta decisión, en la etapa de Juan Manuel Moreno Bonilla (PP) como presidente de la Junta el mapa de universidades privadas en la Comunidad se multiplicará por cinco. Antes de su llegada solo había una, la Loyola, en Sevilla.
El mapa quedará cuando termine la tramitación parlamentaria en nueve universidades públicas y cinco privadas. En Málaga, el panorama será de una pública por tres privadas. «[La provincia] es un laboratorio de las privatizaciones de los servicios públicos», lamentó el diputado de Adelante Andalucía, José Ignacio García. Estas universidades han sido muy criticadas por su escasa calidad por la comunidad universitaria y por la oposición.
«Esto no son universidades. [Son] academias privadas para malos estudiantes con dinero», resumió Esperanza Gómez (Más País), diputada de Por Andalucía, ella misma profesora de Derecho Constitucional en una universidad pública, durante el debate parlamentario con el consejero José Carlos Gómez Villamandos, exrector de la Universidad de Córdoba.
El portavoz del PSOE, Antonio Ruiz, denunció que los promotores de estas universidades «no se desviven por el talento investigador», sino por el «afán de lucro», y por eso ha cuestionado la «innovación e investigación» que puedan aportar al sistema andaluz estas universidades.
Cualquiera «de nosotros»
El consejero defendió su gestión y la «calidad contrastada» de los proyectos. «No sé si prefieren que se vayan a privadas a otros lugares», agregó. Después, se metió en un charco cuando quiso combatir lo que llamó el «populismo de universidades para ricos».
«Eso me parece muy bien –dijo Gómez Villamandos– si a todos los que estamos en esta cámara se nos considera ricos. Cualquiera de nosotros podría mandarlo a una universidad privada«.
Los asalariados residentes en Andalucía percibieron de media en el año 2022 un salario bruto anual de 17.233 euros, según el Instituto de Estadística y Cartografía de Andalucía. Según su declaración de IRPF del año 2022, el consejero Villamandos ingresó por rendimientos del trabajo en bruto 102.000 euros.
El presidente Moreno, además, este año, ha subido su sueldo y el de todo el Gobierno, hasta un máximo de 83.402 euros, brutos también, para sus consejeros.
En la Universidad Europea, el precio medio de los grados por cada alumno en el primer curso, desde la autorización de implantación, es «de 7.926 euros». Y en los másteres, el precio medio es «de 9.615 euros».
En la Alfonso X, «los ingresos van desde el grado de menor cuantía, que cuesta «4.483 euros (Diseño Industrial y Desarrollo del Producto), al más alto que se establece en 14.924 euros (máster en Ortodoncia) por alumno en el primer curso».
«Seguramente podemos nosotros, pero no gobernamos para nosotros, el andaluz medio no puede costearse una universidad privada», le reprochó Esperanza Gómez.
La función «social»
La diputada de Por Andalucía insistió en sus críticas: «Son un grado a cambio de dinero, no es una universidad. Es una empresa para ganar dinero a costa de alumnado que no encuentra plaza en la pública. Esto no son universidades. Estamos pensando en hacer caja».
García, portavoz de Adelante, abundó en estos razonamientos: «Se van a crear las sucursales de dos universidades de Madrid. Curiosa forma de defender la autonomía andaluza».
¿Para qué hacen esto? «Para hacer negocio. Esto cumple una función social, claro que sí», dijo con ironía. Luego, argumentó: «Cuatro funciones concretamente». Luego, las enumeró con un punto de sarcasmo.
La primera, afirmó, de «reproducción social» para que «las nuevas generaciones de élites políticas y económicas de este país se unan y hagan eso que se llama capital relacional, buenas relaciones sociales».
La segunda, aseveró, es el «rescate de malos estudiantes con dinero». «¿Cultura del esfuerzo?», se preguntó con sorna. «Para el que no tiene dinero, el que lo tiene, va a la Alfonso X», se respondió.
Tercera función, dijo: «Reproducir las ideas dominantes. Todas las universidades sirven para producir pensamiento». Y, en cuarto lugar, remachó: «Las universidades investigan». «¿Y qué van a investigar estas? Lo que les sea funcionales a sus dueños, a los fondos de inversión, al servicio del mercado», agregó.
«Sigamos la pista del dinero –propuso el diputado de Adelante–: a quién le vamos a crear las universidades privadas, Alfonso X el sabio, que pertenece a un fondo de inversión de capital riesgo, y la Universidad Europea tiene su sede en Estocolmo».
«A esta gente tan patriota le vamos a crear una universidad privada», ironizó. Por eso, abrochó García, «al PP no le interesa poner dinero a las universidades públicas».