Europa Laica denuncia el privilegio que disfruta la Iglesia Católica, el gobierno pone a su disposición una casilla en la declaración de renta por la que los contribuyentes pueden desviar parte de sus impuestos a esta corporación religiosa.
El privilegio de la asignación tributaria, por la que recibió en la última campaña cerca de 360 millones de euros, deriva del acuerdo económico firmado por el Estado español y la Santa Sede en 1979. La famosa casilla de la Iglesia (la X de la Iglesia) ha detraído desde entonces del erario público miles de millones que han sido entregados a la jerarquía de esta religión.
Europa Laica ha elaborado un Informe crítico sobre la última Memoria de Actividades de la Iglesia Católica en el que se denuncia la falta de transparencia del empleo del dinero recibido y se exige la eliminación de la casilla de la Iglesia católica por las siguientes razones:
Es el privilegio de una confesión religiosa, intolerable e incompatible con un Estado aconfesional como el español.
Es una casilla insolidaria, pues detrae dinero público que podría invertirse en sanidad, en educación y en prestaciones sociales para toda la ciudadanía y, sin embargo, se le entrega a una corporación privada que hace un uso privativo de los millones de euros que recibe.
Cerca del 75% de la cantidad millonaria que recibe la Iglesia cada año por este concepto los destina a salarios y seguridad social de sacerdotes y obispos.
Para captar contribuyentes que marquen la X a su favor, la Iglesia Católica utiliza una publicidad totalmente engañosa, basada en hacer creer que lo recaudado se destina a labor social, cuando en la última campaña no destinó ni un solo euro a caridad… como se refleja en la memoria de actividades de la Iglesia católica de 2022.
Quien marca la X de la Iglesia contribuye menos al erario público, aporta menos al presupuesto para sanidad, educación, infraestructuras, etc. (marcar la casilla de la Iglesia no suma, resta).
Solo el 30% de los contribuyentes marca la X de la Iglesia, pero los 360 millones de euros los pagamos todos y todas, pues esta cantidad se detrae de la hucha común de los contribuyentes, de los Presupuestos Generales del Estado.
La sociedad española no es una “sociedad católica”. En esta sociedad diversa, de creyentes y no creyentes, solo el 18,5% de la población española se considera católica practicante. La secularización de la sociedad evidencia más si cabe la necesidad de acabar con este privilegio anacrónico.
La Iglesia católica se comprometió en 1979 a la autofinanciación. Después de 45 años sigue subvencionada por el Estado con cantidades mil millonarias de euros y no abona los impuestos que sí paga cualquier ciudadano (IBI, patrimonio, sucesiones, etc.), ni declara beneficios de sus actividades económicas ni de los rendimientos de sus productos financieros
Por todo ello, Europa Laica exige la retirada de las dos casillas insolidarias de la declaración de renta, la de la Iglesia católica pero también la de Fines sociales (por la que también se detraen impuestos del erario público y gran cantidad de los millones desviados van a parar a organizaciones pertenecientes a esta corporación religiosa).
Y mientras sigan existiendo en la declaración, Europa Laica recomienda NO MARCAR NINGUNA DE LAS DOS CASILLAS y que la totalidad de los impuestos se puedan dedicar a cubrir solidariamente las necesidades del conjunto de la ciudadanía.