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El líder talibán, Haibatullah Akhundzada, asegura en un audio que el castigo de apedrear y azotar a las mujeres debe llevarse a cabo en público. Ha hecho pocas declaraciones en los medios de comunicación hasta ahora, pero este comentario fue transmitido en las redes sociales de la radio y televisión nacional controladas por los talibanes el domingo; se ha llamado a sí mismo «el representante de Dios» en la Tierra y ha adoptado posturas firmes contra la democracia y los derechos humanos.
«Pueden llamar una violación de los derechos de las mujeres que las apedreemos o azotemos públicamente por cometer adulterio porque es contrario a sus principios democráticos», dijo el portavoz talibán afgano a los países occidentales, «así como tú afirmas luchar por la liberación de toda la humanidad, yo también lo hago. Yo soy el agente de Dios y tú representas al diablo».
En el audio, que algunos funcionarios talibanes publicaron en sus redes sociales el sábado, también dijo que «lucharon contra Occidente durante 20 años y lucharán otros 20» y que «no han terminado aquí». Haibatullah Akhundzada incluso ha asegurado que su grupo está dispuesto a «sacrificar» a las mujeres para azotarlas y apedrearlas públicamente.
La ejecución, la lapidación, la amputación y la flagelación son algunos de los castigos de la sharia que también se llevaron a cabo en Afganistán durante el primer mandato del régimen talibán. En su mensaje, el líder talibán enfatiza la continuación de esta tendencia durante el actual período de gobierno del grupo.
En los más de dos años y medio de gobierno de los talibanes en su nueva era en Afganistán, los funcionarios de la Corte Suprema de los talibanes han llevado a cabo ejecuciones públicas en al menos cinco ocasiones y han azotado en público a varios hombres y mujeres acusados de «delitos morales».
Estas sentencias siempre han sido recibidas con protestas por parte de activistas y organizaciones internacionales de derechos humanos. Incluso en respuesta a los nuevos comentarios hechos por el líder talibán Shukria Barekzai a Radio Liberty, la división afgana de Radio Free Europe dijo: «No creo que castigar a las mujeres en Afganistán y rechazarlas culturalmente sea un ejemplo de respeto o una lección para los demás. Creo que esto es una continuación de la política de ignorancia y desconocimiento hacia las mujeres».
Después de volver a dominar Afganistán, los talibanes cerraron las escuelas a partir de sexto grado a las niñas, impidiéndoles ir a la universidad.
Haibatullah Akhundzada ha defendido la aplicación de «lapidación de mujeres» y «azotes» con mayor fuerza desde que los talibanes recuperaron el poder: «Incluso si se dice que es una violación de los derechos de las mujeres, apedréenlas. Implementemos las reglas de Dios en público». Las declaraciones del líder talibán se han hecho públicas al mismo tiempo que se ha incrementado el castigo a los ciudadanos del país por diversos delitos.
“Hace dos años, no tuvieron el coraje de pedir lapidar a las mujeres en público. Han estado probando sus políticas draconianas una y otra vez y han llegado a este punto porque no hay nadie que los haga responsables… Si no se les detiene, vendrá más y más”, afirma Heather Barr, directora de mujeres de Human Rights Watch.
La noticia fue recibida con horror, pero no con sorpresa, por los grupos defensores de los derechos de las mujeres afganas, que sostienen que el desmantelamiento de los derechos y la protección de 14 millones de mujeres y niñas del país ya está casi completo.
Karima Azam, que ha sido encarcelada por los talibanes varias veces, dice que tras escuchar este mensaje de audio perdió el sueño: «Tengo una pesadilla; cuando cierro los ojos, me veo apedreada. Los talibanes no tienen piedad de nadie, especialmente de las mujeres, y esto nos ha preocupado a todas las mujeres que protestamos por nuestros derechos».
¨Esta declaración demuestra que están en contra de las mujeres y que han decidido eliminar por completo a las mujeres de la sociedad. Nos preocupa mucho que cada día la situación de las mujeres empeora. Hacen nuevos anuncios que limitan a las mujeres, nos quieren destruir», cuenta por su parte Zainab Rezaei, miembro de la Red de Participación Política de las Mujeres Afganas que pide a Naciones Unidas y a la comunidad internacional que tomen medidas serias sobre la situación de las mujeres en Afganistán.
Los talibanes también han prohibido a las mujeres trabajar en la mayoría de las oficinas gubernamentales y en todas las organizaciones no gubernamentales; han prohibido que vayan a los baños públicos y parques de atracciones para mujeres, y han restringido a las mujeres viajar largas distancias.
Aunque varias organizaciones internacionales, las Naciones Unidas y otros países han pedido repetidamente al gobierno talibán que levante estas restricciones, éste afirma que los derechos de las mujeres están «garantizados» en el marco de la sharia islámica.
Amnistía Internacional describió recientemente la política de los talibanes sobre la pena de muerte como «un gran insulto a la dignidad humana».
