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El manifiesto de las obreras republicanas de Madrid: conciencia social y anticlericalismo (1905)

En otros trabajos hemos reflexionado sobre los esfuerzos del republicanismo de signo más progresista muy a comienzos del siglo XX para mantener la antigua influencia que hubiera podido tener en el siglo anterior entre la clase obrera en Madrid, y que había perdido en la pugna que mantuvo con el Partido Socialista al considerar éste que la verdadera emancipación de dicha clase solamente podía realizarse en el seno de un partido obrero y no de un republicano porque, a fin de cuentas, se consideraba que por muy progresista que fuera un partido republicano, siempre obedecía a intereses de la burguesía.

Pues bien, seguimos estudiando estos intentos del republicanismo por seguir calando en Madrid entre los trabajadores y trabajadoras. En este caso, estaríamos hablando de trabajadoras.

En el distrito madrileño de La Inclusa se fundó a principios de 1905 una Fraternidad de Obreras Republicanas, con un domicilio social provisional en la calle de Abades, número 20 euros. Las asociadas pagaban 15 céntimos semanales.

La motivación para crear la organización era trabajar para contrarrestar la propaganda clerical que las juntas de damas católicas hacían por medio de sus escuelas gratuitas. Pues bien, en marzo de 1905 publicaron un Manifiesto dirigido a las mujeres madrileñas donde explicaban sus fines, y que recuperamos al considerar que se trata de un documento nada conocido:

“1. Adquirir la ilustración necesaria para ser dignas compañeras del hombre en este periodo de las luchas sociales.

2. Creación de escuelas laicas gratuitas donde sus hijos puedan recibir una educación esmerada, educación que les pondrá en condiciones de no ser esclavos del capital y del clero.

3. Coadyuvar á la labor educativa de las generaciones que nos sucedan, cual es nuestro deber. En su virtud, pues, llamamos á nuestro lado á todas aquellas madres que no sugestionadas por el confesionario, crean que ha llegado la hora de educar á sus hijos libres de las trabas de las religiones positivas, dejándolos en completa libertad para que al llegar á su mayor edad escojan el ideal que juzguen más necesario, como así también aquellas otras madres que crean que la mujer, tiene más misión en la vida que la de Administrar su casa.

Lo exiguo de la cuota que ha de satisfacer y el fin altruista que se persigue, nos hace aguardar que vendréis á engrosar las tilas de la Fraternidad de Obreras Republicanas al grito de ¡viva el progreso! ¡viva la enseñanza laica”

El Manifiesto se publicó en el número del 24 de marzo de 1905 de Las Dominicales. Semanario Librepensador.

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