Descargo de responsabilidad
Esta publicación expresa la posición de su autor o del medio del que la recolectamos, sin que suponga que el Observatorio del Laicismo o Europa Laica compartan lo expresado en la misma. Europa Laica expresa sus posiciones a través de sus:
El Observatorio recoge toda la documentación que detecta relacionada con el laicismo, independientemente de la posición o puntos de vista que refleje. Es parte de nuestra labor observar todos los debates y lo que se defiende por las diferentes partes que intervengan en los mismos.
Creer en Dios es antinatural. Seguir una religión aún más. ¿Discrepas? Entonces, haz este experimento: si eres cristiano o musulmán, deja de ir a la iglesia o a la mezquita y de leer la Biblia o el Corán. ¿Qué crees que acontecerá? Exactamente: tu fe se marchitará. Aunque no te vuelvas ateo, Dios no más hará parte de tu día a día. Como mucho, creerás en una “energía creadora”, nada semejante al dios de esos libros, cuyos relatos sobrenaturales te sonarán a cuentos chinos.
Que niños crean en hadas y elfos es natural. Pero ¿cómo podría ser natural para adultos creer en, por ejemplo, serpiente parlanchina, seres invisibles con alas en la espalda y lago de fuego y azufre? Es, por tanto, evidente que adultos solo consiguen creer en las infantilidades de libros como Biblia y Corán si sometidos a implacable adoctrinamiento acompañado de autosugestión.
Sin querer, uno de los más influyentes pastores de Brasil reveló la técnica para inducir personas a creer y impedirlas de dejar de creer. En un video en que critica a la prensa, Silas Malafaia dice: “Nuestra mente decide creer en lo que repetidas veces le es informado” y “El miedo tiene el poder de inhibir el potencial, trabar el presente y arruinar el futuro”. Ahora bien, es precisamente por medio de la repetición (leer libros sagrados, escuchar predicaciones, entonar cánticos, practicar rituales y hacer oraciones) que religiones logran programar cerebros para aceptar sus evidentes puerilidades, absurdos y perversidades y es a través del miedo (amenaza de castigo) que consiguen inhibir el reconocimiento de ello.
Al exponer las contradicciones e irracionalidades, por ejemplo, de la Biblia y Cristianismo, lo que mi libro Liberto de la Religión hace es desprogramar las mentes dominadas por el lavado de cerebro religioso, de ellas quitando el miedo a reflejar, abriéndoles camino para que se liberten de las tinieblas de la religión y salgan a la luz del Libre Pensamiento.