La guía, que anima a dejar de lado las ambigüedades en los abusos sexuales, también se muestra condescendiente con los agresores. Afirma, entre otras cosas, que hay que acompañarlos en su camino de redención y que se deben “incorporar estrategias de prevención y de acompañamiento por parte de la entidad, en lugar de un contundente rechazo”.
Se percibe desde la Iglesia católica un cambio de actitud respecto a los abusos sexuales, tras años de “malas prácticas”, como apuntó el Defensor del Pueblo en su último informe sobre el asunto. Sin embargo, leyendo la Guía para la prevención y reparación de abusos sexuales a menores en centros educativos, publicada en marzo de 2023 por Escuela Católicas, parece, como también señaló el Defensor, que queda mucho por hacer.
Aunque el documento recoge afirmaciones como que las escuelas tienen que contribuir a “acabar con la lacra social de los abusos sexuales a menores, actuar sin ambigüedades y no rehuir el perdón”, en la parte dedicada a los agresores –de quienes dice que deben tomar conciencia de la densidad del daño y la envergadura del mal– se incluyen mensajes y recomendaciones un tanto condescendientes.
Sostienen, por ejemplo, que hay que “acompañar al agresor en su camino de redención” y hablan del propósito de enmienda. “Ninguna terapia, ningún acompañamiento, ninguna intervención sanadora, puede asegurar completamente que el victimario no vuelva a delinquir. De ahí la importancia de una cultura de protección y de un acompañamiento que promueva estrategias motivacionales, que generen, a su vez, nuevos modos de vida”, indican.
En esta guía de Escuelas Católicas (que es la marca de FERE-CECA –Federación Española de Religiosos de Enseñanza Titulares de Centros Católicos–, que agrupa a los titulares de los centros educativos católicos desde 1957), toman algunos pasajes del libro Víctimas de la Iglesia: relato de un camino de sanación, escrito por José Luis Segovia (sacerdote y vicario para el Desarrollo Integral y la Innovación).
Entre ellos, destacan frases como la siguiente: “La apuesta descarada por las víctimas no es en modo alguno un abandono a su suerte de los abusadores”. La relación entre verdad y justicia –expone la guía– “comienza con el reconocimiento de los hechos. Y para alcanzarlo hay que incorporar estrategias de prevención y de acompañamiento por parte de la entidad, en lugar de un contundente rechazo”.
Para rematar el apartado del victimario, otro mensaje de Segovia: “La misericordia de Dios, por ser infinita e incondicional, es un abrazo amoroso a todos. También a los abusadores y abusadoras sexuales”.
El informe del Defensor del Pueblo sobre los abusos sexuales en la Iglesia
En el informe del Defensor del Pueblo se estimaba que un 1,13% de los españoles adultos había sido víctima de abusos sexuales en el ámbito religioso. En el 0,6% de los casos, resaltaba, el abusador fue un sacerdote o religioso católico.
Este mismo estudio enfatizaba que mayoritariamente las autoridades eclesiásticas “habían optado por la negación, el ocultamiento y la protección de los abusadores. Ignorando, e incluso, en ocasiones, menospreciando a las víctimas”.
Conductas como el traslado de las personas abusadoras a otras parroquias o centros docentes, así como a otros países, agregaba, “ha sido un ejemplo de mala práctica realizada, de modo reiterado y no ocasional, en muchas instituciones de la Iglesia”.
Los abusos sexuales cometidos en el seno de la Iglesia católica por clérigos y personas consagradas, señalaba también el informe del Defensor del Pueblo, “han permanecido ocultos durante muchos años. La posición inicial de la institución eclesiástica en España, como en la mayoría de los países, ha consistido en la negación o la minimización del problema, intentando protegerse a sí misma antes que a las víctimas. Después han transitado por un casi siempre lento proceso hacia la aceptación y asunción de responsabilidades”.
La auditoría encargada por la Conferencia Episcopal recoge un mínimo de 2.056 víctimas
La Conferencia Episcopal ha publicado este jueves, 21 de diciembre, el informe Para dar luz, en el que, a partir de lo que la propia Iglesia tiene registrado, cifran en 806 los casos totales de abusos sexuales. De estos, consideran probados 205; 70 no probados, pero verosímiles; 280 no probados; 24 excluidos del ámbito subjetivo u objetivo del estudio; 75 con investigación en curso y/o pendientes de resolución; 13 archivados por apreciar la prescripción del delito o el fallecimiento del denunciado o imputado, y tres con denuncias falsas o manifiestamente infundadas.
También en Para dar luz se ofrecen los datos más destacados de la auditoria sobre la pederastia en el ámbito eclesiástico, que hace casi dos años la Conferencia Episcopal Española (CEE) encargó al bufete Cremades & Calvo-Sotelo. Ésta le fue entregada a la CEE el pasado 16 de diciembre y refleja 1.383 denuncias con un mínimo de 2.056 víctimas.
Javier Cremades, socio fundador del bufete, es miembro del Opus Dei y presidente ejecutivo de la Fundación Madrid Vivo (cuyo presidente de honor es Carlos Osoro Sierra, cardenal arzobispo emérito de Madrid). Además, forma parte del patronato de la Fundación Tajamar, de la que depende el Colegio Tajamar, también propiedad del Opus Dei y protagonista del último y polémico anuncio navideño de Madrid.
