El Presidente de la República anunció recientemente su decisión de iniciar el proceso conducente a la inclusión en la Constitución de la libertad para abortar.
Reunidos en Lourdes en la Asamblea Plenaria, los obispos de Francia han emitido una nota para expresar su «preocupación por lo que significaría esta inscripción. Reafirmamos: toda vida es un don para este mundo, un don frágil y precioso, infinitamente digno, para ser acogido y servido desde su principio hasta su fin natural».
Los obispos franceses recalcan que «en 2022, hubo 723.000 nacimientos en Francia y más de 234.000 abortos. Se trata de un triste historial en la Unión Europea, una cifra que no disminuye e incluso aumenta. Esta dramática realidad va más allá de la simple cuestión de los derechos de las mujeres. No es progreso. Nuestra sociedad debe ver esto sobre todo como una señal de su fracaso en la educación, el acompañamiento y el apoyo social, económico y humano de quienes lo necesitan. Hay que preocuparse por su futuro, teniendo en cuenta el previsible descenso de su población».
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Explican en la nota que «el mandamiento bíblico “No matarás”, inscrito en todas las conciencias, más allá de la de los creyentes, significa que cada ser humano está confiado al cuidado de los demás. No debemos debilitar la fuerza de ese punto de referencia. En cierto modo, todos somos responsables de estos niños no nacidos».
Por ello, advierten que «el verdadero progreso pasa por la movilización de todos, creyentes y no creyentes, para que la acogida de la vida sea mejor ayudada y apoyada. La verdadera urgencia es ayudar al menos a las parejas o a las mujeres que, hoy en día, no tienen realmente otra opción y sienten que no pueden quedarse con sus hijos debido a las limitaciones sociales, económicas y familiares que pesan sobre ellas, y con demasiada frecuencia sobre las mujeres solas».
Los prelados franceses sostiene que «es necesario seguir promoviendo y garantizando los derechos de las mujeres» y citan campos como la igualdad real de remuneración, la protección contra la violencia, en la vida social y en la intimidad de las familias, el apoyo social a su papel en la educación de los niños, especialmente de las mujeres solteras. «¿Es legítimo poner el aborto al mismo nivel que estos derechos fundamentales? Incluirlo entre los derechos fundamentales sería dañar todo su equilibrio», se preguntan los obispos.
Los obispos de Francia agradecen en la nota «a quienes se movilizan para escuchar, acompañar, apoyar, consolar sin juzgar jamás, así como a todos los cargos electos que tendrán el coraje –a través de su voto y su compromiso– de “hacer avanzar la cultura de la vida” .