El Ayuntamiento de Barbate cedió hace un siglo la gestión del camposanto a la parroquia de San Paulino y el obispo de Cádiz lo inscribió a su nombre en 1983 gracias a un privilegio franquista inconstitucional.
El cementerio de Barbate está construido sobre un monte de dominio público, cuya titularidad recae de forma compartida en el citado Ayuntamiento gaditano y en el de Vejer de la Frontera, del que se segregó en 1938.
La gestión del servicio fue cedida por el Consistorio a la parroquia del pueblo en los años en que la administración del más allá era asunto casi exclusivo del clero. No hubo convenio ni contraprestación en la cesión de un servicio que ha sido explotado económicamente por la Iglesia católica durante décadas.