Explica que la religión tiene “gran relevancia” en la “atención sanitaria integral” y abre la puerta la “coordinación” de los religiosos con los profesionales y a que los ministros católicos medien para buscar ayudantes “idóneos” de otras religiones
El pasado 9 de junio, la directora general de Osakidetza, Rosa Pérez Esquerdo, y el obispo de Bilbao, Joseba Segura, actuando también “en representación” de los de Donostia y de Vitoria, suscribieron un acuerdo por el cual el Gobierno vasco va a abonar 581.616,85 euros en 2023 y previsiblemente también en 2024, 2025 y 2026 por un servicio de “atención religiosa y espiritual en las organizaciones sanitarias de Osakidetza, Servicio Vasco de Salud”. Argumenta la Administración pública que “la atención espiritual, como atención a las necesidades existenciales de sentido (religiosas y otras), está adquiriendo gran relevancia desde un enfoque de atención sanitaria integral centrada en cada persona, en su autonomía y autorrealización personal”.