“Hay un problema evidente y es que no hay espacio, por lo que lo único que podemos hacer es ofrecer el terreno que tenemos”, alega el alcalde
La comunidad musulmana se enteró el domingo 14 de mayo “de casualidad”, según afirman varios de sus miembros entrevistados por este diario, de que la mezquita del único cementerio musulmán municipal de la Comunidad de Madrid, que se encuentra en Griñón, va a ser derruida con el fin de ampliar la necrópolis, que el pasado mes de febrero ya dejó de acoger nuevos enterramientos por falta de espacio. José María Porras, alcalde de la localidad, confirma esta decisión, pero asegura que el derribo “no es inminente” y que el proyecto incluye construir un nuevo espacio de culto, aunque algo más pequeño. En la región viven 309.469 musulmanes y la Plataforma por un Entierro Digno ha calculado que al año mueren 1.500, mientras que en el único cementerio apenas caben 697 sepulturas. Aunque una parte de los musulmanes querrían ser enterrados en su país de origen, repatriar un cadáver cuesta unos 3.000 euros y otros muchos prefieren ser enterrados aquí.