Los ciudadanos que destinan la parte solidaria de su contribución fiscal únicamente a la confesión católica se reducen en un millón y medio, en la misma década en la que la aportación estatal pasaba de menos de 250 a más de 320 millones.
«Si cada español de más de 18 años que se declara católico pusiera un euro por cada misa dominical, la Iglesia podría autofinanciarse», sostiene Juanjo Picó, presidente de Europa Laica.
Su cálculo sale de proyectar ese donativo sobre el 18% de mayores de edad que se define como católico practicante en los barómetros del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), una tasa que registra leves repuntes ocasionales como el 18,8% del último mes de abril.