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Leopoldo Lugones, Alfredo Palacios, Rafael Pellegrini, los hermanos Seco y María Abella.

[Argentina] “Separación de la Iglesia y el Estado”: librepensadores de 1906

Cuando aún tenía vigencia la preeminencia del liberal conservador Partido Autonomista Nacional, algunos militantes de distintos partidos políticos y la  masonería se encontraban en movimientos como el de los librepensadores, que planteaban, entre otras cuestiones, la separación de la Iglesia y el Estado. Este movimiento, en el cual participaban mujeres, tuvo su expresión en Villa María.

Por un Estado laico

A principio del Siglo XX, en Argentina adquirió trascendencia el movimiento de librepensadores, que de cierta manera estaba inspirado en organizaciones originadas en Europa, a mediados de la centuria anterior. Expresión local de un movimiento que trascendía los límites nacionales, cuestión reflejada en el carácter internacional de los congresos organizados por este sector en nuestro país. Del movimiento participaban destacados intelectuales, algunos provenientes de la masonería, que integraban distintos partidos políticos. Para tener un panorama de quiénes participaban del movimiento de librepensadores, se pueden señalar personalidades como Alfredo L. Palacios, Juan B. Justo, Alicia Moreau, Julieta Lanteri, Leopoldo Lugones, Lisandro de la Torre, Enrique del Valle Iberlucea, Juan Balestra y Eduardo L. Holmberg, todos adherentes a los principios del laicismo, el racionalismo y un profundo anticlericalismo. Desde principios de 1900, los librepensadores pugnaban por conseguir la separación de la Iglesia y el Estado, lo que implicaba, entre otras cosas, la no existencia de un presupuesto estatal para el culto,  prescindir de la presencia del clero en los ámbitos educativos, hospitalarios, carcelarios y también en los lugares donde se ejercía la beneficencia. Es decir, se trataba de una lucha política para que el Estado, laico, se hiciera cargo de funciones que habían venido cumpliendo las instituciones eclesiásticas.

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