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Abuelo… ¿tú crees en dios? · por Antonio Martínez Lara

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Esa fue la pregunta que una ingenua niña de nueve años le hizo a un amigo que compartió conmigo tan interesante conversación. Se quedó parado mirando tras una sonrisa improvisada, pensando una respuesta sincera para la avispada niña, que había percibido menor alegría en su rostro tras el anuncio de su primera comunión. Había familiares que acercaron la oreja por ver hacia dónde saldría el abuelo poco religioso. Él, consciente de las opiniones que al respecto había, ý la importancia que cada cual pudiera dar a sus palabras, y en primer lugar la propia nieta, dejó pasar un denso silencio. Empezó ensalzando aquello de lo del “uso de razón” que se daba, o se sigue dando al llegar a estas edades, aunque él-siempre irónico-pensaría como suele, en el desigual reparto del razonamiento dentro de la especie humana. Nieta mía qué grande estás ya, y qué preguntas tan importantes haces. Yo sobre Dios, te tengo que decir que estoy bastante de acuerdo en las cosas que me dices que a tí te interesan cuando me hablas de la bondad de Cristo y muchos cristianos, algunos de mis amigos son así. Pero a mí no me corresponde ahora meterme en esto de tu primera comunión, lo dejo así por hoy, y luego, si cuando seas mayor y vivo, te explicaré alguna cosa más, si me preguntas

Cuando la niña se acostó y ya no había “ropa tendida”, que se decía antes, un pariente, un “cuñado”, que se diría hoy, quiso tirarle de la lengua pidiéndole más complacencia al abuelo. Éste se volvió a su interlocutor, advirtiendo que había medido y mucho sus palabras, porque conocía bien a su nieta, la quería, y la respetaba. Por ello le decía su verdad, y ayudaba a su educación manteniendo un ambiente plural y aceptable para toda la familia. Me parece que estas cosas son para mí más serias de como la mayoría de la gente se las toma. La lástima es que, creo yo, la educación tampoco se la toma en serio mucha gente. Lo de la primera comunión se puede tomar como un mayor compromiso religioso o como una fiesta en que a la criatura se le viste de novia o de marinero y es el centro de una fiesta consumista. Rara vez se tiene en cuenta las contradicciones que pudieran conllevar la catequesis en la parroquia o en la escuela, que la familia acepta, sin reparar en el ideario que en ellas recibe y el ambiente secular que respira en los demás. Ya sean los dogmas, entre ellos el creacionismo, y la fundamentación racional y científica, conveniente para la construcción del propio criterio y una ética hacia su autonomía personal. El sesgo patriarcal en aspectos como el sexualidad en su asunción libre de ataduras tradicionales que vienen dificultando la igualdad, el respeto, y la comprensión entre todas las personas. Mi amigo concluyó recordando en descreimiento desde la adolescencia tan condicionada por la mercantilización de todo. Ante ese razonamiento, la audiencia lamentaba la punta que habías salido de la primera comunión.

Mi amigo, tras pedir permiso para acabar su razonamiento que tantas veces había quedado a medias, solicitó por una vez atención para aclarar tantas descalificaciones soportadas, con más paciencia propia que respeto ajeno, en situaciones como la presente. Mostró recortes de prensa sobre inmatriculaciones y pronunciamiento de cristianos de base más anticlericales que quien les hablaba, para acabar con la “expulsión de los mercaderes del templo”. Bueno, bueno vamos a dejarlo que entraremos en la guerra y e… No hombre, vamos a seguir hablando de niños, niñas, y hasta de sanidad que tan de moda está. Iba a mostrar más datos ahora sobre el aborto y la eutanasia con las encuestas mayoritarias a favor en las familias allí presentes y que casi en ningún hospital público se pueden realiza, por la hegemonía conservadora de autoridades médicas. Otro tanto se puede decir, tal vez con más razón en el ámbito educativo, campo en el que el citado patriarcado tantas veces resulta determinante. Tanto que la educación sexual y afectiva se deja de atender como debiera en estas edades “del uso de rezón”. Uso del que si han hecho muchos cristianos que, como hemos dicho, son capaces de atender lo que afecta al común, es decir de lo de tejas para abajo, sin separar a las criaturas desde los tres años, la razonar con más coherencia en torno a la dichosa primera comunión.

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