En el municipio se han contabilizado 19 lugares de culto distinto al católico que ya no podrán obtener licencia para su práctica en bajos de edificios
La modificación del Plan General de Ordenación municipal aprobada hace una semana afecta directamente a los equipamientos sociales religiosos, que a partir de ahora se tendrán que ubicar en edificios exclusivos para el culto y cumplir unas condiciones de altura, espacios peatonales para el acceso, vestíbulos, aseos y unas dotaciones mínimas de aparcamiento. Con la nueva normativa, no se podrán instalar en bajos de edificios, como ocurre en una decena de los que hay abiertos actualmente de distintas confesiones religiosas. El objetivo, explicó a LA VERDAD el concejal de Urbanismo, José Luis Ruiz, es «que estén en unas condiciones dignas y que se pueda garantizar la seguridad y la accesibilidad» de los fieles que acuden a iglesias y mezquitas, además de evitar las quejas vecinales por ruido y tránsito de personas durante los cultos.