Núñez Feijóo borró de un plumazo una parte muy reciente de la historia española: el franquismo justificó la sublevación contra la democracia como una “cruzada” o “guerra santa”
“Detente enemigo que el corazón de Jesús va conmigo” (sic). El lema iba prendido al sombrero cordobés de uno de los grupos paramilitares más sangrientos que actuaron en la guerra civil española, en la represión de los pueblos del Aljarafe sevillano. El “detente” guiaba las barbaridades que cometió esta columna franquista, que controlaba el temido Ramón de Carranza. Con el corazón de Jesús estaban legitimados para “limpiar los pueblos de gente roja”, como indica el historiador Paco Espinosa, autor del libro Contra la República. Los “sucesos de Almonte” de 1932. Laicismo, integrismo católico y reforma agraria.