Óscar Martín Biezma ejerce en varios pueblos de Ciudad Real y durante una homilía en su pueblo natal, Consuegra, apeló al “amor sano y casto” para salir “del agujero” porque puede curarse
Un sacerdote ha atribuido la homosexualidad a la falta de cariño paterno en la infancia y cree que puede curarse. Ocurría durante una homilía, el pasado 16 de diciembre, en la ermita del Cristo de la Vera Cruz de Consuegra. Óscar Martín Biezma es el párroco de Villarta de San Juan, Cinco Casas y Arenas de San Juan, en la provincia de Ciudad Real pero es natural de la localidad toledana.
Sorprendió a los parroquianos asegurando que “da igual que sea hombre o mujer” porque “hay veces que el corazón desea algo, se siente insatisfecho y no sabe lo que desea. Otras veces la persona no sabe por qué tiene ciertos deseos. Alguien que siente atracción por personas del mismo sexo. ¿Por qué?”, se preguntaba, para responderse a sí mismo que “en muchos casos” procede de “una carencia no satisfecha en los primeros días de su vida”.
Según el cura afecta a la persona que “nace con una sensibilidad especial, más necesitado de atención, de afecto, de besos, de abrazos, de juegos, de contacto físico con su padre” y lo achaca al hecho de que “el padre no se lo ha dado o no lo suficiente. No por maldad, no por negligencia (…) lo que pasa es que ese niño necesitaba más. Ese agujero queda ahí. Esa carencia acaba saliendo confundida”, aseguraba.
“Como somos una unidad, deseo el contacto que no he tenido de la figura masculina” y de ahí, decía, deriva “el contenido sexual”. El sacerdote cree que en realidad lo que buscan este tipo de personas es “el amor sano y casto de otro hombre que no ha recibido de niño” y además cree que puede curarse. “Sería una gran ayuda. Si él quiere, con un poco de esfuerzo y con ayuda puede cambiar su situación y los deseos del corazón”.
El sacerdote es natural de Consuegra y fue ordenado hace apenas dos años en Ciudad Real. Según los datos que publicó en esa fecha la Diócesis de Ciudad Real, el sacerdote tiene 45 años. Ingresó en el Seminario Diocesano de Ciudad Real en septiembre de 2014, después de estudiar Administración de Empresas.
Durante sus años de preparación “realizó sus actividades pastorales” en Villamayor de Calatrava, en Alcázar de San Juan, con atención en la prisión y en el hospital; en Herencia y, luego en Argamasilla de Alba, todas ellas en la provincia de Ciudad Real.
No es la primera vez que el cura muestra su rechazo al colectivo LGTBI. En Villarta de San Juan se hizo viral cuando se negó a dar a la comunión a un hombre casado con otro alegando que estaba en pecado. Poco después, se supo que ambos se habían reconciliado. “El joven villartero es muy querido en el municipio, implicado al máximo en la vida social y religiosa”, publicaba Miciudadreal.es