Fuerzas de seguridad ucranianas allanan un lugar sagrado en kiev
Los servicios de seguridad ucranianos allanaron el Monasterio de las Cuevas, en busca de espías, armas y religiosos colaboracionistas de los invasores
La búsqueda de espías rusos en el extenso Kiev-Pechersk Lavra, o monasterio de las Cuevas, fue una vívida demostración de la profundidad de la desconfianza en Ucrania hacia una rama de la Iglesia Ortodoxa Oriental
Para el Kremlin, es una prueba de que Kiev «está en guerra con la Iglesia Ortodoxa Rusa»
El servicio de contrainteligencia de Ucrania, la policía y la Guardia Nacional del país registraron el martes 22 de noviembre de 2022 el complejo monástico de Pechersk Lavra, uno de los sitios cristianos ortodoxos más famosos de la capital, Kiev, después de que un sacerdote hablara a favor de Rusia durante un servicio servicio religioso celebrado allí.
Los servicios de seguridad ucranianos asaltaron el martes uno de los lugares más sagrados para los cristianos ortodoxos, diciendo que estaban registrando un monasterio de 1.000 años de antigüedad en el corazón de Kiev en busca de saboteadores rusos entre los clérigos y armas entre las reliquias, incluso mientras los peregrinos rezaban en las cuevas de abajo.
La búsqueda de espías rusos en el extenso Kiev-Pechersk Lavra, o monasterio de las Cuevas, fue una vívida demostración de la profundidad de la desconfianza en Ucrania hacia una rama de la Iglesia Ortodoxa Oriental que hasta este año seguía a los líderes en Moscú, y ha sido sospechada por muchos ucranianos de ser una quinta columna alineada con el Kremlin.
Millones de ucranianos pertenecen a otra rama independiente de Moscú.
Hasta el mes pasado, según las autoridades, 33 sacerdotes habían sido arrestados por ayudar a Rusia desde que ésta invadió el país en febrero, la mayoría de ellos acusados de reunir información de inteligencia y alimentar a las fuerzas de Moscú.
No estaba claro si se había producido alguna detención o se había descubierto alguna actividad ilegal el martes, pero los servicios de seguridad advirtieron de que las iglesias eran un escondite perfecto para quienes buscaban desgarrar Ucrania desde dentro.
El Kremlin condenó la redada, calificándola de prueba de que Kiev está «en guerra con la Iglesia Ortodoxa Rusa».
Vladimir Legoyda, portavoz de la Iglesia Ortodoxa Rusa, calificó la medida como «un acto de intimidación» contra la única institución que queda «donde la gente, tanto en Rusia como en Ucrania, reza sinceramente por la paz».