La jueza promoverá sacarlos de las salas de audiencia.
La jueza de la Corte Suprema de Justicia, Carmen Argibay, adelantó hoy que promoverá que se saquen "todos los crucifijos de las salas de audiencias" de los tribunales, y aseguró que otros funcionarios judiciales comparten la iniciativa.
"Yo nunca tuve un crucifijo en mi despacho porque soy una funcionaria de un Estado laico", aseveró la magistrada en una entrevista pública en La Plata, en el marco del V Encuentro de la Red Par-Periodistas de Argentina en Red por una comunicación no sexista. "Tener un símbolo religioso condiciona", afirmó la magistrada que, antes de asumir su cargo en la Corte, se declaró públicamente atea.
La jueza precisó, además, que comparte la iniciativa con su par en el máximo tribunal, Helena Higthon de Nolasco.
Argibay reveló que ya habló el tema con el presidente del Consejo de la Magistratura, Luis María Cabral.
En la oportunidad, la magistrada reiteró lo que dijo hace veinte días en Mendoza, que el actual escenario político es "propicio para la apertura del debate por la despenalización y legalización del aborto en el Congreso".
"Las encuestas muestran que hay una gran mayoría que cree que ya es hora de que se debata", insistió.
Argibay dijo que los políticos se resisten a discutir el tema porque las mujeres que ponen en riesgo su vida y su salud por los abortos inseguros "son jóvenes, pobres e ignorantes" y porque "no tienen poder y no representan una cantidad significativa de votos".
La integrante de la Corte se pronunció también a favor de penalizar a los clientes de prostitución.
"El cliente debiera ser penado porque es un partícipe de mantener a la mujer en situación de vulnerabilidad e indefensión", argumentó.
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