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Mujeres iraníes protestan en Madrid contra la teocracia de su país.. ÁNGEL NAVARRETE

Las iraníes critican la tibieza del Gobierno contra el hiyab forzoso

Mujeres persas residentes en España se movilizan tras la muerte de la joven Masha Amini y piden que España rompa relaciones con el régimen islamista

Arezoo, iraní de 41 años, arenga al grupo. Lee en su móvil las frases que ha preparado. Algunas en iraní, la mayoría en español: «Por las mujeres de Irán», «Por los jóvenes de Irán», «Por los niños de Irán», «Soy mujer iraní, somos Masha Amini». Un centenar de personas, muchas de ellas jóvenes, corea las consignas en la plaza del Callao. Han llegado aquí provistas de pancartas con las que reclaman derechos humanos y democracia para su país, inmerso en una revuelta que protagonizan mujeres, adolescentes y niñas tras el asesinato de la joven Amini, de 22 años, a manos del régimen islamista por no llevar el velo correctamente puesto. «Pégame, mátame, ya no puedes callarme», «¡Mujer, vida y libertad!», proclaman. «Hiyab obligatorio, no», se lee en inglés en sus carteles, poblados de las fotografías de jóvenes asesinados: Hadis, de 23 años; Slavash y Nika, de 16…

Cuando la concentración termina este sábado en la céntrica plaza madrileña, una decena de mujeres se funde en un abrazo llorando. Son algunos de los rostros sin velo de la comunidad iraní en España, movilizada estos días por lo que consideran que puede ser el principio del final del régimen islámico. Algunas de ellas acceden a mostrar su cara, a pesar de los riesgos: tienen a familiares viviendo aún bajo la teocracia. Al temor a las represalias se suma el miedo a los informantes que la embajada iraní en Madrid ha podido enviar a sus reuniones.

ÁNGEL NAVARRETE

SAHIM HOSSEINI

Tiene 44 años y hace 9 logró dejar Irán con su marido. Allí la policía la golpeó.

Arezoo, que trabaja en una universidad española, prefiere que su apellido no conste. Lleva once años en España y nunca había practicado el activismo hasta que el 16 de septiembre la denominada Policía de la Moral mató a Masha Amini y la noticia se propagó por todo el mundo. «Un grupo de iraníes residentes en España nos empezamos a poner en contacto a través de un grupo de Telegram. Ya somos unos 200 y nos estamos manifestando todas las semanas. No formamos parte de ningún partido ni de ninguna organización. Pero no podíamos más. Cuando vivíamos allí muchos callamos por miedo, pero ahora vemos cómo mujeres e incluso niños se están enfrentando a ellos, y no podemos dejarlos solos», explica. Su exigencia: que el Gobierno español cierre la delegación diplomática iraní y rompa sus acuerdos con el Estado islamista. Porque mientras el mundo occidental asiste desesperado a la cruenta guerra iniciada por Vladimir Putin, miles de personas están perdiendo la vida en Irán por no plegarse a la República Islámica.

Los iraníes no son una comunidad populosa en España. Según el Instituto Nacional de Estadística, son poco más de 7.000 (la mitad, mujeres), aunque ha aumentado en la última década, pues apenas llegaban a 3.000 en el año 2011. Una parte llegó en la década de los 80, tras el ascenso al poder del ayatolá Jomeini en 1979. Nilufar (Nenúfar) Saberi, administrativa y veterana activista en España, fue una de ellas. Hija de un matrimonio de magos, en junio de 1980, con la magia «prohibida» por los islamistas y con una horca esperando por su padre, al que apodaban «el mago del sha», su familia huyó del país «con lo puesto». Ella tenía 14 años. Llegaron a Madrid, donde se asentaron gracias a la enorme hospitalidad, dice, del barrio de La Elipa. «La situación es terrorífica en Irán», cuenta. «Si ya el nivel de represión y opresión era aplastante, en las últimas cuatro semanas se ha hecho brutalmente mortal: a la gente que se manifiesta pacíficamente la asesinan desarmada en la calle, echan gases lacrimógenos a los niños en las escuelas, rompen las ventanas y las puertas de las casas de la gente por las noches para acallarla…».

ÁNGEL NAVARRETE

MEDIS TAVAKOLY

Psicóloga de 34 años, estudia un doctorado en Madrid. «El de Irán no es un gobierno sino una mafia», dice.

-En Europa, y en España, parte de la izquierda defiende el velo como un símbolo cultural.

-¡No lo es en absoluto! El hiyab es el símbolo material del sometimiento de la mujer a los valores islámicos. El velo está siendo utilizado mucho más como un arma política que como una cuestión religiosa.

Fariba Ehsan, restauradora de 56 años, es otra iraní con años de activismo en su tierra de acogida. Preside la Asociación Iraní Pro Derechos Humanos en España y también recibe estos días la mayor atención mediática que recuerda desde que llegó a Madrid en 1995. En Irán había logrado separarse de mutuo acuerdo de su marido, pero en la sociedad gobernada por los islamistas a una joven de 26 años en su situación solo le esperaban problemas. Como tenía familia viviendo en España, aprovechó la oportunidad.

«Es un volcán»

¿Cuál es la situación de la mujer en Irán? «Las leyes del régimen dictatorial teocrático son estrictas», responde Fariba Ehsan. La mujer no tiene derecho a viajar sin permiso de su marido, no puede salir de casa sin el permiso de su marido o de su padre, no puede ser jueza… Hace años hubo muchas mujeres que salieron a la calle a pedir igualdad, pero esto está siendo diferente: esta revolución es un volcán que estaba calentándose desde hace mucho con tanta opresión, especialmente sobre las mujeres, y la muerte de Masha ha precipitado la erupción. Las mujeres han salido a protestar con el apoyo de los hombres -hermanos, compañeros, amigos- para que este régimen de 43 años termine ya. Es imparable».

La activista luce una larga melena gris. «Nos duele muchísimo que algunos políticos aquí en España hablen del pañuelo como un símbolo de la cultura persa, cuando obligar a llevarlo es el símbolo de la esclavitud, de la sumisión. Parte de la izquierda apoya a este Gobierno iraní porque se presenta como antiimperialista y antiamericano, cuando en realidad es un gobierno contra las mujeres, que son propiedad de los hombres. Nos duele mucho que Irene Montero tardara tanto en pronunciarse y solo dijera… nada». (El 24 de septiembre, ocho días después de la muerte de Amini, la ministra escribió: «Urge una investigación efectiva del asesinato de Mahsa Amini como exige la ONU. Todas las mujeres que participan de las protestas en Irán deben saber que cuentan con nuestro respaldo ante las violaciones de DDHH. El feminismo está al frente en las luchas por la democracia»). ÁNGEL NAVARRETE

FARIBA EHSAN

Presidenta de la Asociación Iraní Pro Derechos Humanos en España, llegó a Madrid en 1995. Allí se había separado.

Medis Tavakoly tiene 34 años y cursa un doctorado en Madrid. Es investigadora de Psicología especializada en desórdenes de personalidad. Lleva los labios pintados de rojo y llega de las primeras a Callao para ayudar con la organización. Solo habla inglés. «El de Irán no es un gobierno sino una mafia. Nada allí está a salvo: ni los derechos humanos, ni los animales, ni el medio ambiente. Y es la fuente de todos los terrorismos en Oriente Medio: Siria, Líbano, Yemen… En Irán si no llevas el hiyab a partir de los siete años te pegan, te dejan sin ir al colegio, presionan a tu familia, te insultan, te lo quitan todo… Es el símbolo de la humillación de la mujer. Nos quieren sin cabeza. (…) Lo que está ocurriendo no es una protesta. Es algo mucho más importante: ¡una revolución liderada por primera vez por las mujeres!».

Sahim Hosseini, de 44 años, saluda tras sus gafas de sol. Hace nueve años logró marcharse de Irán gracias a que su marido tenía la nacionalidad española. Allí la policía le había roto el pie con una moto cuando se manifestaba en la calle, según relata. Dice que en los últimos años está viendo cómo cada vez más compatriotas abandonan el país para instalarse en España, pero con un perfil muy determinado: «Son los hijos del régimen, los ricos, que están viniendo aquí a comprar casas y hacer más dinero que sirve para reprimir al pueblo de Irán». ÁNGEL NAVARRETE

NILUFAR SABERI

Llegó a España en 1980. El régimen de Jomeini quiso matar a su padre, apodado como «el mago del sha».

En la retaguardia del activismo iraní brilla otra figura. Se llama Nazanin Armanian. Politóloga y traductora de 61 años y autora de libros como No es la religión, estúpido (Akal, 2017), lleva desde 1983 como exiliada política en España. En su país «luchaba por la igualdad, la libertad y la democracia» desde la Organización Democrática de la Mujer Iraní. La apresaron, pero logró escapar por las montañas de Pakistán, la única frontera que no estaba en guerra. Se subió a un avión y aterrizó en España, donde solicitó el asilo. Le cuesta hablar sobre su vida, pero accede brevemente. Armanian sufre el «acoso de los islamistas y de gente vinculada al régimen» desde entonces, lo cual la ha obligado a cambiar de domicilio en varias ocasiones. Vive bajo una «amenaza continua» y sin protección. «Pero lo importante es lo que está ocurriendo en Irán: el velo, el asesinato de Masha… es la última gota que ha colmado el vaso del sistema. Los trabajadores estaban protestando porque llevan un año sin cobrar en las fábricas mientras los hijos de los ayatolás vienen con becas de 16.000 euros a estudiar másteres a Europa; también se han manifestado los jubilados, grupos étnicos como los kurdos… Es el baño de sangre de un régimen fascista y no ha hecho más que empezar. Y hay que denunciar que Estados Unidos y la UE no hagan nada. La razón es que son los primeros interesados en negociar con Irán, porque, con la situación que hay en Rusia, quieren que el régimen venda petróleo a los países europeos». ÁNGEL NAVARRETE

AREZOO

De 41 años, trabaja en la universidad: «Mujeres y niños se están enfrentando a ellos. No podemos dejarlos solos».

-¿Y el Gobierno español?

-Que salga a decir que se solidariza con las mujeres iraníes [lo hizo el presidente] y banalice esta revolución social, económica y geopolítica con unos mechones de pelo [Begoña Gómez y la ministra Raquel Sánchez se cortaron un mechón como apoyo al movimiento] es una vergüenza.

La politóloga advierte también contra la complacencia europea hacia el hiyab, que, subraya, no aparece como obligatorio en ninguna parte del Corán. Su vaticinio es que en democracias como la española nacerán dos tipos de mujeres: «Mujeres de primera, con derechos, y mujeres de segunda, musulmanas sin derechos, que deberán llevar velo y cuyos maridos tendrán varias esposas. (…) Los progresistas deberían defender a las musulmanas, no al Islam como religión. Hay que corregir todo esto».

UN MES DE REVUELTAS EN IRÁN

Un icono. El 16 de septiembre la joven Masha Amini, de 22 años, falleció torturada en Teherán. Dos días antes la Policía de la Moral la había arrestado por no llevar el velo bien colocado. Amini se convirtió en el icono de la opresión iraní.

Arrancan las protestas. Miles de personas salieron a las calles en distintas ciudades del país gritando consignas contra el Gobierno islamista y con el lema «Mujeres, vida y libertad». Las fuerzas policiales reprimen desde entonces las protestas.

Apoyo internacional. En Irán y fuera del país muchas mujeres se han cortado el pelo y han quemado el hiyab. También se han convocado concentraciones en distintos puntos del mundo. En Madrid se celebran protestas semanales.

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