La representante Marjorie Taylor Greene, republicana de Georgia, y otros conservadores han pedido a los estadounidenses que adopten el nacionalismo cristiano en los últimos días, provocando una intensa reacción de algunos hermanos cristianos y personas no religiosas por igual.
En comentarios del sábado en la cumbre conservadora de acción estudiantil Turning Point USA en Florida, Greene argumentó que el nacionalismo cristiano es «algo bueno».
«Esa no es una mala palabra», dijo la congresista republicana. «Eso es realmente algo bueno. No hay nada de malo en liderar con tu fe… Si no vivimos nuestras vidas y votamos como si fuéramos nacionalistas, preocupándonos por nuestro país, y poniendo a nuestro país primero y queriendo que ese sea el enfoque de nuestro gobierno federal, si no lideramos de esa manera, entonces no podremos arreglarlo».
Sus comentarios provocaron acusaciones de que era una «nazi» y comparaciones con los talibanes, el grupo militante afgano que hace cumplir una versión extremista de la ley islámica. Otros legisladores republicanos han promocionado la ideología y apuntado al principio de larga data de la separación de la iglesia y el estado en los últimos meses.
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«El nacionalismo cristiano es la creencia de que la nación estadounidense está definida por el cristianismo, y que el gobierno debe tomar medidas activas para mantenerlo así. Popularmente, los nacionalistas cristianos afirman que Estados Unidos es y debe seguir siendo una ‘nación cristiana’, no simplemente como una observación sobre la historia estadounidense, sino como un programa prescriptivo de lo que Estados Unidos debe seguir siendo en el futuro», explicó el Dr. Paul D. Miller, profesor de práctica de asuntos internacionales y copresidente de política y seguridad global en la Universidad de Georgetown. en un artículo de 2021 para El cristianismo hoy.
Los nacionalistas cristianos «creen que el cristianismo debería disfrutar de una posición privilegiada en la plaza pública», escribió Miller. Tal ideología ha sido promocionada por muchos partidarios de derecha del expresidente Donald Trump y se exhibió abiertamente durante el ataque del 6 de enero de 2021 contra el Capitolio de los Estados Unidos.
Si bien EE. UU. ha sido durante mucho tiempo una nación donde la mayoría de los ciudadanos se identifican como cristianos, la población siempre se ha dividido en una amplia variedad de denominaciones. Los redactores de la Constitución estaban preocupados por proteger a la población de la imposición de una ideología religiosa específica, que había dado lugar a importantes conflictos en toda Europa durante los siglos anteriores.
En un esfuerzo por salvaguardar contra esto, la Primera Enmienda a la Constitución establece que «El Congreso no hará ninguna ley con respecto al establecimiento de una religión, o que prohíba el libre ejercicio de la misma». Thomas Jefferson, el autor de la Declaración de Independencia que se desempeñó como el tercer presidente de los Estados Unidos, escribió una conocida carta en la que explica cómo debería ser esta separación en la práctica.
«Contemplo con soberana reverencia ese acto de todo el pueblo estadounidense que declara que su legislatura no debe promulgar ninguna ley con respecto al establecimiento de una religión o que prohíba el libre ejercicio de la misma, construyendo así un muro de separación entre la Iglesia y el Estado», escribió Jefferson en el Carta de 1802 a los bautistas de Danbury.
Algunas figuras de derecha que aprueban el nacionalismo cristiano han llamado abiertamente a erosionar el principio de separación de iglesia y estado en los últimos meses. Las personas que adoptan tales puntos de vista nacionalistas cristianos a veces tienen objetivos que varían, pero a menudo se alinean. Estos incluyen cosas como alentar la oración en las escuelas públicas, imponer puntos de vista cristianos en los planes de estudio de la educación pública, prohibir el matrimonio entre personas del mismo sexo, prohibir el aborto y ajustar las políticas de inmigración para favorecer a los cristianos, entre otros.
Los sentimientos nacionalistas cristianos siempre han existido en los EE. UU., y tales puntos de vista se han utilizado anteriormente para apuntalar algunos de los peores aspectos de la historia del país.
«Por ejemplo, en generaciones pasadas, en la medida en que Estados Unidos tenía una religión oficial casi establecida del protestantismo, no respetaba la verdadera libertad religiosa. Peor aún, Estados Unidos y muchos estados individuales utilizaron el cristianismo como apoyo para apoyar la esclavitud. y segregación», explicó Miller.
Datos recientes del Centro de Investigación Pew muestran que alrededor del 70 por ciento de la población de EE. UU. se identifica como cristiana, aunque esa categoría se divide en varias denominaciones con diferentes creencias. Casi el 6 por ciento de la población se identifica como judía, musulmana, budista o hindú, mientras que casi el 23 por ciento no tiene afiliación religiosa.
Aunque los cristianos son la mayoría, existe una amplia gama de diferentes creencias dentro de esta amplia categoría. Históricamente, los católicos, que ahora representan alrededor del 21 por ciento de la población, fueron marginados por la mayoría protestante. Muchos de los primeros inmigrantes en América del Norte procedían de varios grupos protestantes que buscaban escapar de las naciones europeas represivas que estaban dirigidas por gobiernos que tenían el catolicismo como religión estatal.
Como resultado, los redactores de la Constitución querían evitar crear un problema similar en los EE. UU., en el que los ciudadanos enfrentaran persecución o derechos desiguales debido a sus creencias religiosas. Al mismo tiempo, muchos protestantes dentro de la población veían a los católicos con escepticismo y cuestionaban su lealtad al país. En 2020, el presidente Joe Biden se convirtió en el segundo católico en ser elegido comandante en jefe.
«La religión, y el cristianismo en particular, ha florecido en Estados Unidos no por la ayuda del gobierno o el favoritismo, sino por la razón opuesta: la libertad de la religión del control del gobierno. La participación del gobierno en los asuntos religiosos no ayuda al libre ejercicio de la religión. Y como cristianos , estamos llamados a amar a nuestros vecinos en lugar de hacerlos sentir incómodos en su propio país”, escribió Amanda Tyler, abogada y directora ejecutiva del Comité Conjunto Bautista para la Libertad Religiosa, en un artículo publicado por CNN el miércoles.
Algunos republicanos y líderes religiosos han apuntado a Greene y otros que promocionan el nacionalismo cristiano.
«A diferencia de Marjorie Taylor Greene, he estudiado las Escrituras y me he dedicado a servir a la Iglesia. El nacionalismo cristiano es una ideología racista incompatible con el cristianismo», escribió el reverendo Chuck Currie, pastor de Oregón, en un lunes. Pío. «Jesús era para todo el mundo, no para una nación. Cuidado con los falsos maestros como Greene. Ella baila con el diablo».
El representante Adam Kinzinger ha comparado a Greene y la ideología con los talibanes.
“’Necesitamos demostrarle a la gente que somos el partido del nacionalismo cristiano’. Representante Marjorie Taylor Greene ‘Somos el partido del nacionalismo islámico…’ Talibán. Me opongo a los talibanes estadounidenses. @GOPLader?» él escribió en Twitter el viernes por la mañana, etiquetando al líder de la minoría de la Cámara Kevin McCarthy, un republicano de California.
En respuesta a las críticas de Kinzinger, el secretario de prensa de Greene, Nick Dyer, dijo semana de noticias en un correo electrónico del viernes: «Es nuestra política ignorar los desesperados intentos de relevancia de Kinzinger».
En particular, la gran mayoría de los estadounidenses se opone a alinear la iglesia y el estado como pretenden los nacionalistas cristianos.
Casi las tres cuartas partes (73 por ciento) de los estadounidenses creen que la religión debe mantenerse separada de las políticas gubernamentales, según una encuesta de Pew Research de fines de abril. Solo una cuarta parte de los encuestados dijo que las políticas gubernamentales deberían apoyar los valores y creencias religiosas. Además, el 70 por ciento de los estadounidenses quiere que las iglesias y otros lugares de culto religioso se mantengan al margen de la política, según datos de Pew Research de 2021.
