Los obispos europeos han criticado una resolución del Parlamento Europeo contraria a la posible anulación de Roe v. Wade por parte del Tribunal Supremo de Estados Unidos. Los prelados consideran lo sucedido una intromisión en la soberanía de un país que no forma parte de la Unión Europea y recuerdan que no existe el derecho al aborto ni en la legislación internacional ni en la europea.
El padre Manuel Barrios Prieto, secretario general de la Comisión de las Conferencias Episcopales de la Unión Europea (COMECE), expresó ayer en una declaración su «sorpresa» por el hecho de que el órgano legislativo de la Unión Europea pretendiera debatir «el impacto de un borrador de sentencia filtrado del Tribunal Supremo de Estados Unidos sobre el aborto».
«Se trata de una injerencia inaceptable en las decisiones jurisdiccionales democráticas de un Estado soberano, un país que además no es miembro de la UE», dijo.
«La aprobación de una resolución del Parlamento Europeo que avale esta injerencia no hará más que desacreditar a esta institución».
El sacerdote español señaló que, «desde el punto de vista jurídico, no existe un derecho reconocido al aborto en la legislación europea o internacional. Por tanto, ningún Estado puede estar obligado a legalizar el aborto, ni a facilitarlo, ni a ser instrumento para realizarlo.»
Y añadió:
«La UE debe respetar las competencias legislativas de sus Estados miembros y el principio de atribución, según el cual la Unión sólo actuará dentro de los límites de las competencias que le atribuyen los Estados miembros en los Tratados para alcanzar los objetivos previstos en los mismos.»
El Parlamento Europeo es uno de los dos órganos legislativos de la UE, una unión política y económica de 27 Estados miembros. A principios de este mes, se presentó una propuesta de resolución sobre el tema «Amenazas globales al derecho al aborto: la posible anulación del derecho al aborto en Estados Unidos por parte del Tribunal Supremo».
La resolución de 32 puntos, que se votará hoy, jueves 9 de junio, afirma que el Parlamento Europeo «está profundamente preocupado por las posibles consecuencias para los derechos de las mujeres en todo el mundo, en caso de que el Tribunal Supremo de Estados Unidos anule el caso Roe contra Wade».
También expresa su temor de que la anulación de la sentencia de 1973 que legalizó el aborto en todo el país tenga «un efecto escalofriante en la priorización y financiación» del aborto a nivel mundial.
Se indica que el parlamento europeo «anima encarecidamente al gobierno de EE.UU. y/o a otras autoridades pertinentes de EE.UU. a que eliminen también todas las barreras a los servicios de aborto, incluidos el consentimiento o la notificación de terceros, los periodos de espera obligatorios y la autorización por parte de jueces o paneles médicos, y a que garanticen el acceso oportuno a los servicios de aborto en todo el país».
