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Personas visitan hoy las cruces instaladas en memoria de las 21 víctimas asesinadas el martes en la masacre de la escuela primaria Robb, en la plaza central de Uvalde, Texas (EE.UU)

El anti-abortismo, los crecientes asesinatos escolares y el deterioro democrático está implícito en el trumpismo y en sus versiones internacionales

Uno de los hechos políticos más importantes que han estado ocurriendo a nivel mundial es el desarrollo y expansión de movimientos de ultraderecha que incluyen partidos políticos de tal sensibilidad extrema (con características semejantes, aunque no idénticas al nazismo y fascismo de la primera mitad del siglo XX), que se están constituyendo como una asociación internacional de partidos y movimientos del cual el trumpismo en EEUU, es un punto de referencia para muchos de ellos.

La ideología de tales movimientos y partidos, incluyendo el trumpismo, es un nacionalismo extremo con características racistas en defensa del suprematismo de la cultura blanca cristiana, profundamente clasista, racista y machista. Como tal, es muy hostil a los movimientos obreros, a los movimientos en defensa de los derechos civiles, a los movimientos feministas y a los movimientos ecológicos, así como a cualquier movimiento que ponga en peligro o cuestione las estructuras de poder tradicional, y culturas dominantes y sus valores conservadores (como las campañas de salud pública anti COVID-19) que se sienten amenazadas por aquellos movimientos alternativos. Profundamente antidemocráticos y con clara vocación dictatorial, aspira a controlar todos los aparatos del Estado (el ejecutivo, el legislativo y el judicial) para imponer un estado autoritario que elimine los frenos al máximo desarrollo del capital nacional, asumiendo que lo mejor para este último es lo mejor para el resto de la sociedad.

LA PREDECIBLE EXPANSIÓN DEL TRUMPISMO

Estados Unidos está en una etapa bastante avanzada de la aplicación de tal ideología. Controla ya la Corte Suprema y muy probablemente controlará a partir del próximo noviembre el Senado y la Cámara de Representantes del Congreso, y también probablemente la Presidencia en 2024. Y por si fuera poco, gobiernan ya 29 Estados, más de la mitad de los 50 Estados, donde gobierna el Partido Republicano, donde el trumpismo es la ideología mayoritaria. Que ello haya ocurrido podía ya preverse (como algunos así lo hicimos) desde hace años, incluso antes de que el candidato Trump ganará las primarias a la presidencia del Partido Republicano primero y de Estados Unidos después, en 2016.

Las causas de esta expansión fueron las políticas neoliberales que los gobiernos estadounidenses, tanto Republicanos como Demócratas, aplicaron durante los últimos treinta años, incluyendo la globalización económica y comercial que crearon una enorme crisis social, acentuada todavía más por la pandemia. El trumpismo supo utilizar ese enfado de las clases populares subalternas (y muy en especial de sectores amplios de la clase obrera y de la clase media de ingresos bajos e inestables) que pasaron a ser un sector importante de su base electoral. Ello ha significado un cambio sustancial de la población votante de los partidos políticos. En Estados Unidos la clase trabajadora mayoritariamente se abstiene debido a una falta de legitimidad del sistema electoral y político entre las clases populares. Entre la minoría votante en la clase obrera, la mayoría lo hacía por el Partido Demócrata, pero esto ha estado cambiando. Vota ahora por el Partido Republicano, controlado por el trumpismo, mientras la clase media con educación superior vota ahora por el Partido Demócrata.

¿QUÉ ESTÁ OCURRIENDO EN ESTADOS UNIDOS? EL RÁPIDO CRECIMIENTO DE LA INFLUENCIA DE LAS ULTRADERECHAS EN LAS INSTITUCIONES POLÍTICAS Y SUS CONSEQUENCIAS

Hoy hay un ataque frontal por parte del trumpismo a los valores progresistas. Solo en un par de semanas han ocurrido varios hechos que documentan esta realidad. Varios Estados Republicanos están intentando eliminar la diversidad ideológica de los centros públicos de educación, desde escuelas a universidades, eliminando los contratos fijos entre los docentes, para facilitar la purga de maestros progresistas. También están ocurriendo intentos, en Estados Republicanos, de eliminar los libros de autores de movimientos sociales alternativos en bibliotecas públicas. Y desde hace ya años, el partido Republicano ha intentado exitosamente dificultar la participación electoral, sobre todo de la población negra y de la latina, temerosos de que la expansión de tales comunidades, incrementada en parte por la inmigración, pueda sustituir a la población blanca, convirtiéndola en una minoría dentro de su país. Otra medida es la propuesta de eliminar el aborto como Derecho Constitucional hecha por un miembro de la Corte Suprema con muchas posibilidades de que se acepte por la mayoría que es trumpista.

EL MOVIMIENTO CONTRARIO AL ABORTO EN SU SUPUESTA DEFENSA DE LA VIDA

Hay que entender que el Estado Federal de EEUU es uno de los Estados menos democráticos del llamado mundo democrático. El «modelo liberal demócrata», cuya máxima expresión es el Estado Federal Estadounidense, es muy poco representativo. Ejemplos de ello son miles y ocurren en bases diarias. El Senado, por ejemplo, acaba de rechazar la aprobación de una ley que hubiera protegido la constitucionalidad del aborto que la Corte Suprema quiere eliminar, a pesar de que la mayoría de la población estadounidense (más de un 66 % de la misma), incluyendo la ciudadanía de religión cristiana y católica favorecen mantener el aborto como derecho garantizado por la Constitución (este porcentaje es incluso mayor, 82%, cuando la salud de la madre lo requiera, posibilidad prohibida en la propuesta sometida a la Corte Suprema, que esta probablemente aceptará). La jerarquía católica favorece la abolición, pero no sus fieles: hay más creyentes que la apoyan que aquellos que la quieren eliminar. El obispo del distrito donde vive la Presidenta del Congreso de Estados Unidos, de religión católica, la Señora Nancy Pelosi, le ha prohibido a esta comulgar debido a su apoyo al aborto, tal como la Iglesia católica estadounidense también en su día, prohibió comulgar al presidente Biden, también católico, debido también a su apoyo al aborto.

Ahora bien, a pesar del elevado apoyo popular para mantener el aborto, el Senado no paso la ley que hubiera permitido salvar el derecho al aborto. Y ello se debe a que el Senado es profundamente anti representativo y no representa a la mayoría de la población, pues los Estados conservadores más rurales y más pequeños tienen mucho más poder que los Estados grandes e industriales. Cada Estado tiene dos senadores, independientemente del tamaño del Estado. California, que tiene 40 millones de personas, tiene la misma voz -dos senadores- que Wyoming, que solo tienen medio millón de habitantes. Ello explica que la mayoría en el Senado represente solo a una minoría del país. Se calcula que, en el año 2040, el 30 % de la población (la de los pequeños Estados) tendrán más votos que el resto de los Estados mucho más grandes (70% de la población).

Esta clarificación es esencial que se haga, pues es importante que se sepa que el trumpismo está dominando un número creciente de instituciones del Estado Federal a pesar de no ser mayoritario en el país. Es importante subrayar que el trumpismo siempre ha sido una minoría y continúa siéndolo. Son una minoría, pero muy militante y movilizadora. Insisto que es muy probable que controlarán al Congreso a partir de noviembre de 2022 y la rama ejecutiva del Estado desde 2024. Y más de la mitad de los parlamentarios de los Estados son ya Republicanos. Esta realidad es enormemente importante y a pesar de la enorme gravedad de esta noticia apenas aparece en los mayores medios de información.

¿ES EEUU UN PAÍS DEMOCRÁTICO?

La pregunta de si Estados Unidos es un país democrático no es una pregunta frívola. La democracia estadounidense es sumamente limitada (ver Vicente Navarro «What is happening in the US. How Social Class influences political life in the US» Monthly Review, June 1st, 2021) debido a la falta de representatividad y proporcionalidad del sistema electoral a lo cual hay que añadir la financiación privada del proceso electoral. Las empresas compran políticos y un ejemplo de ello es el Senador por el Partido Demócrata, Joe Manchin, Presidente de la Comisión de Energía del Senado, que está comprado por la industria del carbón y que vota sistemáticamente con el Partido Republicano, lo cual explica que, aun cuando el Partido Demócrata tiene mayoría numérica en el Senado (51 votos, contando con la Vicepresidenta) pierde frecuentemente por los votos de Demócratas financiados por lobbies, como Manchin. En realidad la situación ha ido deteriorando enormemente, de tal manera que el expresidente de EEUU, el Sr. Jimmy Carter ha declarado que EEUU «…se ha convertido en una oligarquía sin límites en su compra y venta de políticos, acentuada incluso más a partir de la decisión de la Corte Suprema del 2014, que elimino todos los límites a las contribuciones a  campañas políticas pervirtiendo nuestro sistema político»( Jimmy Carter «US is an Oligary with Unlimited Political Bribery», Rolling Stone). Esta observación es muy importante pues contribuye a explicar la enorme distancia entre lo que la gente desea y lo que el gobierno hace, determinado esto último no por la voluntad popular sino por los lobbies que han comprado a políticos. Ello explica, por ejemplo, el que la mayoría miembros de las Comisiones Parlamentarias (Senadores o Representantes de la Cámara), encargadas de legislar sobre áreas concretas, sean políticos financiados por lobbies de grupos afectados por sus decisiones.

LAS CONSECUENCIAS DE LAS ENORMES LIMITACIONES DE LA DEMOCRACIA. LOS CONTINUOS ASESINATOS EN LAS ESCUELAS.

Hace unos días se vio de nuevo las consecuencias de esta limitadísima democracia. En pocas semanas se han reportado cuatro masacres en diferentes lugares del país, de las cuales la última en una escuela en Texas, cobró la vida entre otros, de 19 menores. La sociedad estadounidense es muy violenta y la frecuencia de dichas masacres, es consecuencia del fácil acceso a las armas por parte de la población. Un adolescente pudo comprar sin ningún control una ametralladora y sin más fue a una escuela y mato a 19 estudiantes y dos maestros. La semana anterior, otro adolescente asesino a muchos ciudadanos negros en un acto racista. Y hace tres semanas algo parecido paso en otra escuela. Y así constantemente. Ha habido 213 casos de intento de asesinatos colectivos en las primaras veintiuna semanas de este año. La población está cansada y horrorizada de tanta violencia y desea el control del fácil acceso a las armas y su regulación, exigiendo una intervención pública, que no ocurre debido a la enorme influencia de los lobbies, como el National Rifle Association, que se gasta más de 50 millones de dólares en comprar e influenciar políticos, incluyendo el que fuera candidato en las primarias primero y Presidente del país después, Donald Trump. Su congreso anual se hizo a los pocos días del asesinato de los 19 estudiantes en una escuela próxima a done ahora se realizó tal congreso, inaugurado por Trump, quien en su discurso se opuso a que se controlara el acceso a cualquier tipo de arma, proponiendo en su lugar, como también lo propone la National Rifle Association, que el problema se resuelva a base de expandir la distribución de más armas para que la gente se proteja, armando por ejemplo, a los maestros, medida opuesta por los sindicatos del sector y por la población. En realidad, la gran mayoría de la población estadounidense está a favor de las medidas de control de las armas, dificultando y regulando su acceso y prohibiendo todo tipo de armas de carácter militar y policial. Por porcentajes elevados (que van del 65 al 80%) la población apoya propuestas de eliminar armas de asalto, y las de uso militar o policial, apoyando también la regulación de la venta de armas. No es cierto lo que se ha indicado en algunos medios televisivos españoles, como sucedió en la discusión del sábado último, en La Sexta, donde Maruenda y compañía (que definió la democracia en EEUU como ejemplar), indicara que la población estadunidense está dividida en dos partes iguales a favor y en contra del control de las armas.

No es el deseo de la población en general sino la enorme influencia de la industria armamentistas la que determina las decisiones de los gobiernos responsables de una enorme pasividad frente a una situación que debería ser intolerable. La empresa que produjo la ametralladora utilizada en el último asalto escolar por el asesino, un joven de 18 años, la Daniel Defenese Firearm Company, ha liderado la promoción de las armas que produce a una población primordialmente joven (en lugar de a los adultos de edad madura que era la clientela tradicional). Distribuye videojuegos en que las armas utilizadas en los combates de los juegos son las armas que la compañía produce y vende. El joven asesino era un asiduo adepto a estos videojuegos. Por lo visto el consumo de tales armar ha crecido muy notablemente entre los jóvenes aumentándose con ello el número de muertes por armas de fuego entre la juventud, siendo hoy la causa mayor de muerte entre los jóvenes del país seguida de los accidentes de coche.

Es un enorme error pues, considerar las acciones del Gobierno Federal como fruto de un deseo popular, un error que cometen constantemente autores y políticos de derechas españoles que consideran que las críticas que hacen sectores de la izquierda a las políticas del gobierno de EEUU son, según ellos, consecuencia de un anti-americanismo que caracteriza a tales izquierdas. Según tal frivolidad, el pueblo estadounidense es también anti-americano, pues también está en desacuerdo con muchísimas decisiones de su gobierno. Ello explica la enorme abstención de la población en las elecciones de aquel país, la más alta de todos los países democráticos.

LA HIPOCRESÍA DEL TRUMPISMO

Una de las razones que las ultraderechas justifican su hostilidad al aborto es su supuesta defensa de la vida, y muy en especial la de los infantes y bebés. Según esta postura hay que salvar tantos nacimientos cómo se pueda. Para olvidarse de ellos después. El Senado (la mayoría de los Senadores Republicanos más algunos Demócratas) acaba de votar en contra de una propuesta del presidente Biden de financiar con 22,000 millones de dólares la compra (por parte de la Agencia Federal del Alimento) de papillas que puedan resolver el problema que se presenta hoy donde los bebés recién nacidos no tienen qué comer en Estados Unidos debido a la escasez y carestía de tales productos, esto como resultado de la gran monopolización de la producción de las papillas para infantes. Solo cuatro empresas para millones de bebés reflejan la situación monopolística que conduce a unos precios prohibitivos. Es más, como consecuencia de su influencia durante la presidencia de Trump, este gobierno aumentó el coste de los productos importados con una tarifa especial, evitando la entrada inmediata de productos del extranjero. El mismo Senado que votó en contra del aborto para salvar la vida de los bebes, votó a favor de medidas que dificultaron que los mismos bebes puedan sobrevivir. La crueldad del trumpismo no tiene límites.

ÚLTIMAS OBSERVACIONES SOBRE LA RELEVANCIA DE LO QUE HE ESCRITO PARA ESPAÑA Y PARA EUROPA

En general la cobertura de la realidad estadounidense por parte de los mayores medios de información españoles es limitada cuando no insuficiente. Por lo general, los corresponsales de tales medios traducen el castellano lo que dicen los mayores medios de comunicación en aquel país reproduciendo la sabiduría convencional sobre aquella realidad promovido por sus establishments políticos y mediáticos. Y llegaron a la conclusión de que con la victoria de Biden, Trump había ya desaparecido del mapa político, percepción profundamente errónea. La realidad es la opuesta.

Y no hay plena conciencia en los establecimientos políticos y mediáticos españoles de que Estados Unidos cambiará sustancialmente, con el dominio casi absoluto del Estado por parte del trumpismo, erosionando todavía más sus instituciones democráticas, ya hoy muy limitadas, con un impacto muy negativo tanto en su política interior como en su política exterior. Será un mundo en el que las ultraderechas, lideradas por el trumpismo en sus diversas versiones, pueden llegar a dominar la vida política a los dos lados del Atlántico Norte, configurando una nueva etapa devastadora, eliminando los derechos sociales, económicos y políticos que se habían conquistado, profundizando todavía más las enormes crisis sociales que las clases populares están sufriendo.

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