La escritora Najat El Hachmi (Nador, 1978) abrió el 17 de marzo de 2022 en Granada los debates de las jornadas Voces de ida y vuelta, organizadas por el Observatorio Wassyla Tamzali con apoyo y financiación de la Fundación Euroárabe, con la colaboración de MSur.
Najat El Hachmi, oriunda de un pueblo del Rif en el norte de Marruecos, y criada en Vic (Barcelona), se hizo un nombre como novelista que escribía en catalán, con títulos como El último patriarca, La hija extranjera y Madre de leche y miel, reflejando la realidad de las mujeres de la inmigración magrebí, antes de entrar al debate político con el contundente ensayo Siempre han hablado por nosotras, en el que denuncia sin reparos el machismo en el islam. Su novela El lunes nos querrán fue premio Nadal en 2021.
La escritora, presentada por el periodista gaditano Alejandro Luque, trazó en la primera parte de su charla una imagen precisa de cómo el fundamentalismo islámico fomenta y refuerza el machismo basado en el patriarcado tradicional de la población marroquí, pero va mucho más allá, al fijar normas de actitud y indumentaria —el velo, siempre el velo— que limitan y sofocan todo intento de las mujeres de liberarse de ese patriarcado.
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Aquí puedes escuchar el vídeo de la charla de Najat El Hachmi (primera parte, antes de pasar al debate: 33 minutos)
Segunda parte: Debate (43 minutos)
Fragmentos de la charla
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«Al feminismo últimamente nos empeñamos en ponerle apellidos, no sé por qué. No hay ningún otro movimiento social al que se le pide que adopte la lucha de otros colectivos.»
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«El feminismo viene a impugnar el orden religioso y patriarcal. Para muchas personas religiosas, eso es tremendamente doloroso. Yo fui creyente en su momento, y lo viví con muchísimo dolor: el tener que darte cuenta de que Dios es machista.»
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«En el panorama actual tenemos que hacer frente a infinidad de rearmes del machismo y del patriarcado de toda la vida, con nuevos disfraces, nuevos apellidos, que parecen muy progresistas, muy avanzadas, muy de izquierdas, muy revolucionarias, cuando lo único que intentan es que nos conformemos con los límites que nos han impuesto por ser mujeres.»
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«Agradezco que hayáis escogido el nombre de Wassyla Tamzali para el Observatorio. Recuerdo perfectamente el momento de descubrir a esta mujer, sus libros, y de repente tener la sensación de que yo no estaba loca: había una mujer que estaba denunciando con palabras muy claras esta realidad.»
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«Es la infiltración de todo lo religioso en la lucha por la igualdad entre hombres y mujeres. Es un escenario nuevo. Soy de la escuela clásica del feminismo, en la que el feminismo no tiene nada que ver con la religión. Porque no puede tener nada que ver con la religión: no puede haber un feminismo machista.»
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«El día que te das cuenta de que Dios es machista, se te cae el mundo encima, porque ya no puedes creer en nada. ¿Cómo vas a creer en un dios que establece que tú, como mujer, vales la mitad que tu hermano varón?»
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“El dios que nos han transmitido se parece demasiado a los hombres machistas. Ahí es donde empieza la duda, la crisis de fe: el que se parezcan tanto”
«Había que buscar formas para domesticar esta rebelión, intentar que renunciáramos a nuestras aspiraciones de justicia e igualdad. Ahí empezó este chantaje de la pertenencia, de la tradición, del origen, de la identidad se llama ahora. Consiste en convencernos de que los valores de libertad e igualdad no nos son propios, que nunca formaron parte de nuestra cultura y religión.»
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«Los hombres pueden hacer lo que quieran, y nunca está en peligro nuestra identidad como musulmanes. En cambio, las mujeres, a la mínima que nos movemos está en duda nuestra identidad. Sacan la tradición, sacan la religión, nuestros valores, para frenar el cambio que estamos pidiendo las mujeres.»
«El velo se ha convertido en los últimos tiempos en una bandera. En la bandera del fundamentalismo islamista y en la bandera del machismo, a través del fundamentalismo»
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«En Marruecos nunca hubo niqab ni niñas con velo. Vengo de un pueblo muy tradicional, con una mentalidad absolutamente patriarcal, típica, una sociedad, rural, y ahí las niñas no estaban obligadas a taparse.»
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«A partir de cierto momento, no en Marruecos, sino en Vic (Cataluña) empezaron a aparecer predicadores, de estos de barbas largas, y empezaron a transmitir unas normas sobre la indumentaria de las mujeres mucho más estrictas. Desaparecieron las blusas. Tenías que cubrirte hasta las muñecas, hasta los tobillos…»
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«Los problemas reales de las mujeres de origen musulmán y el tema del velo no son cosas que vayan separadas. Desde el fundamentalismo hay un interés muy importante de plantar esta bandera encima de la cabeza de las mujeres para conseguir dos objetivos: el primero es poder aislarlas de la sociedad en la que están viviendo.»
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«Todo el mundo lo denuncia como si el gran problema fuera que ellas están perseguidas por llevar hiyab y nadie se plantea que igual a esta mujer hay que facilitarle las cosas permitiendo que vaya a trabajar sin hiyab. Y esta flexibilización de las normas de la indumentaria no aparece nunca. Como si el hiyab fuera algo que llevaras incrustado en la cabeza»
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«Muchas de esas jóvenes musulmanas que salen haciendo activismo hiyabista diciendo que ellas lo llevan porque quieren y que son muy libres y que es su identidad… estoy convencida de que a muchas de ellas se les impuso la obligación de taparse mucho antes de que fueran conscientes de lo que significa.»
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«Me pregunto por qué ciertos sectores de la izquierda han comprado de forma tan directa, y sin cuestionarse nada, el término islamofobia y todo un movimiento activista que está usando este término para hacer que la religión esté penetrando en los estamentos públicos y las administraciones y tenga un peso importante.»
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«¿Por qué compran a ciegas este concepto? Porque debe de haber mucho más racismo de lo que se reconoce. Si no soy racista, no tengo ninguna necesidad de demostrar que no soy racista. Pero ese sector de la izquierda necesita demostrar que no es racista haciéndose antiislamofobia.»
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«El hecho de que este chantaje de la islamofobia está teniendo tanto éxito en la izquierda demuestra que son mucho más racistas. Y lo estamos sufriendo las mujeres de origen musulmán. Todos esos valores que defienden para sí mismas, no lo defienden para nosotras. Yo quiero mostrar los pezones en instagram, pero la hiyabi que se tape hasta el pelo…»
«Este sector de la izquierda del feminismo que relativiza tanto nuestro sufrimiento invita a formar parte de sus filas a nuestros verdugos»
«La semana pasada se representaba un libro en Barcelona sobre finanzas islámicas, cuya autora es Najia Lofti, que fue diputada del partido islamista en Marrueos. El Vox marroquí es celebrado en Barcelona porque somos superinclusivos, superdiversos.»
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«A los representantes religiosos se les dio el poder, se les dio tanto poder que al final acabaron siendo importantes, pero nadie ha votado a esos líderes de la comunidad. Yo como musulmana contabilizada dentro de la comunidad, nunca he votado a un líder musulmán. No lo voy a hacer ni lo quiero hacer, porque yo, como ciudadana, quiero que se me respete. Y que mis creencias pasen a ser parte de mi ámbito privada, y cuando se me habla como ciudadana, que se me hable de políticas»
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«Porque a nosotras todavía no nos respetan como ciudadanas. No se dirigen a nosotras en función de las políticas que tienen previstas. A nosotras nos venden identidad, no nos venden políticas. Lo que más nos tiene que interesar es la identidad, que pongan un pañuelo en un cartel electoral o hacer pastas en la fiesta intercultural. Hacer pastelitos, ¿qué más queréis?»
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Debate
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«Hay un choque generacional entre hijos islamistas fundamentalistas y padres que siguen un islam tradicional, el que sea que hayan heredado»
«Lo más probable es que los conversos sean fundamentalistas, porque no tienen contexto, no tienen un contexto musulmán con los matices que caracterizan cualquier sociedad que esté regida por una religión».
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«En muchos sitios, la influencia del fundamentalismo nos ha venido directamente por parte de conversas, que además están haciendo un daño importantísimo porque dan muchísima legitimidad al movimiento».
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«En Cataluña, la organización que ha denunciado al consejero de Educación por no dar islam en la escuela está liderada por un converso. No son las familias musulmanas que han pedido que las escuelas enseñen islam; es este señor.»
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«Tanto el llamado feminismo decolonial como el feminismo islámico son propuestas que en realidad van a establecer un cortafuegos muy eficaz en el acceso al conocimiento del feminismo. Sirven de barreras para impedir que nosotras podamos acceder al saber acumulado por el feminismo desde hace siglos.»
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«Ahora parece que la mujer blanca occidental sea la causa de todas las desgracias del mundo mundial»
«El feminismo islámico es muchas veces una propuesta fundamentalista. Es una adaptación del fundamentalismo a una supuesta defensa de la igualdad de la mujer, pero que no es esta defensa: cuando rascamos un poquito nos damos cuenta de que nos están pidiendo otra vez que nos conformemos con ser menos que los hombres.»
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«A todas nos han dicho: ponte el pañuelo, no tiene nada malo, es solamente un trozo de tela. Transiges, y entonces te piden otra cosa y otra cosa y otra cosa, porque el objetivo final es someterte y doblegarte y hacer que aceptes todas las normas del sistema»
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«Se está construyendo esa figura de la mujer blanca occidental de un modo absolutamente estereotipado, pintándolas a todas como mujeres que tienen chachas en su casa, y que las chachas son todas inmigrantes y que las explotan. Yo he convivido con muchas mujeres blancas occidentales y me cuesta aceptar esta división, porque mis compañeras en la fábrica, qué quieres que te diga, muy privilegiadas no eran. Es una forma de dividir el feminismo.»