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Las manifestaciones del 8M recorren decenas de ciudades para clamar contra el machismo

El movimiento feminista saca músculo y recupera su poder de convocatoria tras la pandemia, aunque protesta dividido en dos marchas en algunos territorios.

Mujeres, y también algunos hombres, de todas las edades abarrotan las calle. «Tranquila hermana, aquí está tu manada», gritan un grupo de adolescentes. Mientras, Alba y Sofía, de once años, sujetan un cartel que reza «no me llamo guapa» y que han hecho en casa con sus madres poco antes de salir. Ambas, amigas y compañeras de clase, afirman que ya han estado otras veces en el 8M. «Hay que reivindicar derechos porque hay muchas mujeres que lo están pasando mal», dice Sofía al paso de la manifestación por Cibeles iluminada de morado.

La escena se ha dado en la manifestación más multitudinaria de Madrid, pero podría responder a la de cualquier ciudad española esta tarde. El feminismo tenía dudas con su propio poder de convocatoria ante las manifestaciones del 8M de este año. El movimiento recuperaba este martes el espacio público para manifestarse en ciudades y pueblos de toda España dos años después de que estallara la pandemia de coronavirus, que ha evidenciado todavía más las brechas de género pero que también ha dejado un poso de desánimo y cansancio que podía haber mermado la fuerza de la movilización. La duda se ha disipado rápido, antes de las 19 horas a las que empezaban casi todas las manifestaciones: mujeres, sobre todo, y hombres han llenado las calles contra el machismo y en defensa de sus derechos como lo hicieran antes de la crisis, cuando las protestas fueron masivas.

“Hay que cambiar el sistema”

Aunque ha sido una convocatoria algo atípica. Al movimiento feminista le han pasado factura los disensos relativos a los derechos de las personas trans que también se dieron en el seno del Gobierno. No en todos los territorios hay unidad y la escisión de una parte del feminismo posicionado contra el proyecto de Ley Trans marcha por separado en ciudades como Madrid, Sevilla o Murcia.

En la capital, la Comisión del 8M, que fraguó las huelgas feministas, se manifiesta desde la plaza de Atocha bajo el lema «Derechos para todas, todos los días». Reclama «cambiar el sistema», el derecho a la vivienda, el fin de la precariedad o la derogación de la Ley de Extranjería. Y se posiciona contra «el racismo sistémico» o la LGTBIfobia. «En esta pandemia hemos sufrido una violencia aún mayor de la que veníamos sufriendo. Violencia institucional, judicial, sexual…», explicaba Rocío Lleó, de la Comisión 8M, antes de que empezara la marcha «de siempre, la de las mujeres que trabajamos organizadas todo el año y que queremos trabajar desde los acuerdos», reivindicaba minutos antes de comenzar su compañera Julia Tabernero.

«La ley de extranjería violenta a las mujeres», añadía Lleó. «Exigimos una sanidad universal, pública y gratuita de calidad, una educación universal, pública y gratuita de calidad que incorpore en el currículo todas las cuestiones relacionadas con lo sexo afectivo, las violencias vienen por el control desde que somos chiquititas», sostenía.

Ganas de protestar

Los ánimos de protesta, contenidos durante dos años de pandemia, se percibían ya antes de iniciar la movilización. «Hemos vuelto porque nos va la vida en ello», gritaba una de las convocantes megáfono en mano. Con cánticos como «aquí estamos las feministas», «Madrid será la tumba del racismo» o «no estamos todas, faltan las asesinadas», la marcha ha partido de Neptuno, donde se sitúa la cabecera, pasados unos minutos de las 19.00 horas, informa Marta Borraz.

Detrás de la pancarta principal, una riada de mujeres en colectivos, asociaciones, bloques o a título individual se manifiestan contra el machismo y llenan el Paseo Del Prado. Pepa y Esperanza, que superan los 60 años, son dos de ellas. Amigas y vecinas de La Latina, asegurbaan que salir a la calle este año «era más importante que nunca», según Pepa. «No solo porque había ganas tras la pandemia, sino porque el momento actual es muy complicado, la ofensiva de la extrema derecha está poniendo en riesgo muchos de los derechos conquistados».

«Es clave que las mujeres racializadas tomemos las calles exigiendo nuestros derechos», señalaba Mónica Claros, con un cartel que reza «Mi cuerpo necesita sus derechos, no tu opinión». Monica describe el «atropello múltiple» las mujeres que, como ella, no son blancas. «Durante la pandemia muchas hemos perdido el trabajo, nos enfrentamos a una mayor precariedad y estamos en una zona gris porque muchas estamos en situación irregular», dice la mujer, que ha decidido venir a esta manifestación porque es en la que se siente «más representada». De fondo se oía «Somos feministas antirracistas» y exigían el cierre de los Centros de Internamiento de Extranjeros (CIE).

El morado tiñe la manifestación en forma de banderas, pañuelos o mascarillas. «No es no, lo demás es violacion» o «no es un caso aislado, se llama patriarcado», claman las manifestantes mientras una batucada anima la movilización. A los márgenes del paseo, se agolpan grupos de viandantes que observan el paso de la marcha. La protesta no alcanza el número de asistentes de las masivas celebradas en 2018 y 2019, pero a pesar de las expectativas de que la pandemia bajara drásticamente la participación, ha demostrado que el 8M sigue muy vivo en las calles.

La manifestación hace gala de diversidad y pone sobre la mesa un abanico amplio de demandas. Es algo que cristaliza en las decenas de colectivos y grupos que la nutren: a las Feministas por el Clima les sigue la Plataforma Luz, que pide «derechos para las mujeres de la Cañada Real». Tras ellas, la PAH evidencia que «sin nosotras no se paran los desahucios» y el colectivo de familias de menores trans Euforia pide derechos para sus niños y niñas. Los sindicatos CCOO y UGT y ambos partidos de Gobierno, PSOE y Unidas Podemos, también han acudido a esta marcha.

Escisión en Madrid

En la marcha de la Comisión 8M también se veía alguna pancarta pide la abolición de la prostitución, un debate presente en el movimiento feminista. Tras una de ellas estaban las mujeres del Fórum de Política Feminista de Madrid, que han decidido acudir a esta marcha en vez de a la que recorre Gran Vía bajo el lema «el feminismo es abolicionista». «Nosotras creemos que el feminismo es abolicionista, pero también que es necesario estar y decirlo en todos los espacios. También en este», remarcaba Beatriz Sagrado, portavoz de la asociación.

A pocos metros de allí se desarrollaba la otra manifestación convocada en la capital. A la misma hora y bajo el lema «El feminismo es abolicionista», marchaba el Movimiento Feminista de Madrid, que asegura defender «la auténtica agenda feminista». Ambas coinciden en las demandas contra la violencia machista o en favor de servicios públicos de calidad, pero esta pide la abolición de la prostitución y la retirada de la Ley Trans.

Esta segunda marcha, escindida de la habitual de la Comisión 8M, recorre la Gran Vía madrileña clamando contra la Ley Trans y con gritos que piden la dimisión de la ministra de Igualdad, Irene Montero, informa Ana Requena. «Fuera hombres de nuestros espacios», clama la cabecera, en clara alusión a las mujeres trans. «La infancia no se toca» o «Mi opresión no es tu identidad» son otros de los lemas.

Miles de personas toman el centro de Barcelona

Una pancarta con el lema «Contra las precariedades, las fronteras y las violencias» abría la manifestación de Barcelona, con la que miles de mujeres han tomado el centro de la ciudad, informa Lúa Pena. Las manifestantes han arrancado la protesta en plaza Universitat y han avanzado por Gran Via coreando lemas contra la violencia machista como «si nos tocan a una, nos tocan a todas» o «no son muertas, son asesinadas».

Al ritmo de la canción de Rigoberta Baldini Ay, mamá, Ernestina, que es originaria de Argentina, explicaba que ha venido con sus amigas del País Vasco y de Italia porque creen que este tipo de movilizaciones son la única forma de poner fin a la violencia machista. «Que nos dejen de matar», dejaba claro. La protesta está organizada por la Assemblea 8M, que aglutina a la mayoría de entidades feministas de la ciudad y ha convocado a unas 15.000 personas, según la Guardia Urbana.

Una de ellas era María, murciana de 23 años que lucía una pancarta en la que se podía leer «Patriarcado + Racismo + Clasismo = Frontex», y quien explicaba que ha decidido manifestarse este 8M porque «es una buena oportunidad para que se nos vea y se oiga». También, que ha querido dedicar su pancarta a Frontex, que se encarga de controlar las fronteras de la Unión Europea porque cree que esta institución agrede en especial «a las mujeres, a las personas pobres y a los de raza no blanca».

Al final del recorrido, han leído un manifiesto en el que reivindicaban que las mujeres que han salido hoy a manifestarse son muy diversas entre sí, porque el feminismo acoge a todas aquellas con diversidad funcional, a las migrantes, a las racializadas y a las que forman parte del colectivo LGTBIQ+. En el escrito, también han destacado que las feministas han tomado las calles por las que no pueden hacerlo: «Las asesinadas, las presas, las que se han quedado en conflictos armados, en las fronteras, en el Mediterráneo y en todos los mares» y han exigido la derogación de la ley de extranjería y el cierre inmediato de los CIES.

También ha habido mención a la guerra en Ucrania con una denuncia «la militarización de la sociedad» y «la promoción del uso de armas por delante de la vida de las personas».

En Albacete, cientos mujeres y hombres han salido a la calle desde las 18.00 horas desde el Molino de la Feria hasta el Altozano, convocados por la Coordinadora local del 8M, informa Elena Martínez Vázquez. La manifestación ha arrancado con total normalidad en una tarde donde brilla el sol y predominan las mascarillas moradas al grito de diversas reivindicaciones.

La manifestación por el Día de las Mujeres volvió a salir dividida en Toledo, liderada primero por el Consejo de la Mujer con presencia institucional como la alcaldesa, Milagros Tolón, portavoces municipales y representantes sindicalistas y de organizaciones como Médicos del Mundo, informa Francisca Bravo.

La asociación Bolo Bolo ha cerrado esta manifestación, lamentando el carácter «transexcluyente» de las dos convocatorias, tanto la institucional como la de la Plataforma 8M. Ricardo Vicente, presidente de la asociación, ha lamentado que no se tenga en cuenta al colectivo trans y su «lugar dentro del feminismo».

Parte de la marcha por el 8M en Toledo. F. B.

Centenares de personas han participado en la manifestación reivindicativa del 8M en Mérida, en una convocatoria con colectivos abolicionistas contrarios a la Ley Trans y asociaciones LGTBI. Con el grito «Viva la lucha de las mujeres» y pancartas con lemas imaginativos, la manifestación ha llenado de gente la Plaza de España de la capital extremeña para recorrer las principales calles del centro y concluir de nuevo en la puerta del Ayuntamiento, donde se leerá un manifiesto, informa Santiago Manchado.

Manifestación por el 8M en Mérida. S. M.

«Hay mucho trabajo por hacer. Todavía hacemos la mayoría de trabajos en el hogar y todavía soportamos mayor carga mental. Y a pesar de eso, cobramos menos y tenemos menos oportunidades laborales. Y por supuesto, sufrimos más violencia», lamenta Aurelie con una pancarta de Greenpeace en la mano en la manifestación del 8M en Málaga, informa Néstor Cenizo. Se expresa en un castellano casi perfecto que sin embargo no llega a ocultar el acento francés. En España ella observa «más cuestionamiento» que en su país, quizá porque no evolucionó al mismo ritmo durante la dictadura y Francia está «más segura de sí misma». «Por eso el 8M en España es masivo y en Francia, no tanto».

El 8M en Málaga. N. C.

Decenas, cientos, miles de personas se han ido agolpando en la plaza de San Antón de Vitoria cuando a las 19.00 horas se ha iniciado la manifestación principal por el 8M tras un 2021 con restricciones y un 2020 en el que la capital vasca era uno de los epicentros del entonces recién llegado coronavirus, informa Iker Rioja Andueza. Una batucada daba la bienvenida mientras muchas mujeres jóvenes exhibían carteles caseros hechos en cartulinas moradas con lemas como ‘No queremos rosarios en nuestros ovarios’.

En las calles aledañas sonaban cánticos como ‘Gora borroka feminista!’ (‘¡Viva la lucha feminista!’) en euskera. A las camisetas, bufandas o complementos morados se les ha unido este año la propia mascarilla, utilizada por muchos de los presentes. Una de las asistentes, Verónica, ha acudido a la movilización con su marido, con su hijo mayor y con sus dos hijas pequeñas. Toda la familia ha hecho un cartel que en el anverso reza ‘Paz’ y el símbolo del feminismo y en el reverso, con los colores azul y amarillo de la bandera de Ucrania, implora ‘No a la guerra’. Ha dudado de si supone «mezclar» pero entiende que la reivindicación de unos derechos no se puede hacer olvidando otros igualmente básicos. La manifestación finaliza en la plaza de la Virgen Blanca, en el corazón de Vitoria.

Marcha del 8M en Vitoria. I. R. A.

La lluvia no ha impedido en la ciudad de León que centenares de leonesas y leoneses hayan salido a la calle por el centro en la manifestación de este 8 de marzo, informa Antonio Vega. Lo han hecho con cánticos como «El feminismo camina hacia adelante, el machismo camina hacia atrás» o «No es no, lo demás es violación», en un ambiente festivo pese al tiempo. Decenas de pancartas han acompañado la protesta en representación de todos los colectivos, expresando distintas visiones sobre controversias en torno al feminismo.

En la provincia leonesa además de la manifestación central de este 8 de marzo, ha habido concentraciones feministas en la plaza de la Catedral centradas en la abolición de la prostitución y en críticas a la ley trans, al margen de la convocatoria habitual. Por la mañana la protesta ha tenido lugar en la ciudad de Ponferrada, donde más de un millar de personas han recorrido el centro de la ciudad para finalizar en la plaza del ayuntamiento donde se ha leído un manifiesto. En el Campus de Ponferrada estudiantes y profesores participaron en un abrazo simbólico con motivo del 8M pero que este año se tiñó de azul y amarillo, los colores de la bandera de Ucrania.

Feministas radicales en la marcha de León del 8M. A. V.

Centenares de murcianas han salido a la calle a las 19:00 de la tarde desde la Plaza de la Fuensanta para atravesar la Gran Vía de Murcia hasta la Plaza Martínez Tornel, convocadas por la Asamblea Feminista, el Movimiento Feminista y la Asociación Feminista Obrera. La vía principal de la ciudad se ha teñido de morado en unas protestas reivindicativas y sin incidentes, informa Elisa M. Almagro.

Manifestación del 8M en marzo en Murcia. E. M. A.

«Y volver, volver, volver, a las calles otra vez, a gritar por las que no están». Con esta revisión de la archiconocida canción mexicana, la gran manifestación del 8M, Día Internacional de la Mujer, daba el pistoletazo de salida en la tarde de este martes en Córdoba, congregando de nuevo a miles de personas tras el paréntesis obligado por la pandemia el año pasado, informa Carmen Reina.

Madres e hijas, jóvenes, niñas, ancianas y hombres también de todas las edades a su lado han llenado las calles de la capital en la cita anual del feminismo, que ha redoblado fuerzas y ha vuelto a visibilizar su fuerza y sus reivindicaciones.

Unas 6.500 personas según la organización -la plataforma Nosotras Decidimos- y alrededor de 4.500 según los cálculos de la Policía Local a pie de manifestación, han coloreado de morado las calles con sus pancartas y sus ropas, y han elevado sus cánticos y reivindicaciones, acompañados por una batucada cuyo ritmo celebraba todo el mundo a su paso, anhelando la unión de tantas personas después de lo peor de la pandemia en estos dos años atrás.

Marcha del 8M en Córdoba. C. R.

En centro de Zaragoza grita: «Si tocas a una, nos tocas a todas», mientras cientos de mujeres se concentraban en la Plaza Aragón de Zaragoza con motivo del 8 de marzo, informa Candela Canales. Las proclamas feministas como «nativa o extranjera, la misma clase obrera» o «tranquila hermana, aquí esta tu manada» se han intercalado con cantos. Como ha sucedido en otras ciudades, Ay mamá, de Rigoberta Bandini, ha sonado en los altavoces y ha sido coreada por las zaragozanas que han recorrido el centro de la ciudad hasta la Plaza del Pilar.

En Santander, las feministas cántabras han respondido a las expectativas generadas en este 8M postCOVID con una única manifestación multitudinaria que ha recorrido las calles de la capital desde Puertochico hasta el Ayuntamiento, informa Laro García. Más de 6.000 personas, en su mayoría mujeres, han participado en la concentración convocada por las Asambleas Feministas Abiertas de Cantabria y la Comisión 8 de Marzo. El feminismo cántabro, a diferencia de otros territorios, no ha estado dividido.

El 8M en Santander.

Una marea morada ha vuelto a manifestarse por las calles de Pamplona este martes, 8 marzo, con motivo del Día Internacional de la Mujer en una jornada marcada por el fin de las restricciones con motivo de la pandemia y el uso de la mascarilla en exteriores, con pancartas y gritos como «no me regales rosas, haz en casa las cosas», «no me protejas, inclúyeme», «te escandalizas por las que luchan y no por las que mueren», informa Sol Gragera. Convocadas por el movimiento feminista bajo el lema «fuego al sistema que nos oprime, el movimiento feminista, nuestra llama», miles de personas han partido pasadas las 20:00 horas desde el parque Antoniutti. 

Manifestación del 8M en Pamplona.

Desde la Fuente Dorada reconvertida en morada este 8M partió la manifestación de este Día Internacional de la Mujer en Valladolid, con cientos de participantes recorriendo la ciudad en la protesta convocada por la Coordinadora de Mujeres de Valladolid con un llamamiento a «la unidad del movimiento feminista». Con gran presencia de jóvenes en la manifestación se han escuchado proclamas como «Ni un paso atrás por nuestros derechos» y pronunciamientos a favor de la abolición de la prostitución, entre otras.

La pancarta principal llevaba el eslogan de «Feminismo, fuerza imparable», en una protesta que finaliza en la Plaza Mayor de Valladolid con la lectura de un manifiesto que hace hincapié en la violencia sexual, la pérdida de derechos, y en leyes de igualdad y de protección a las víctimas de violencia de género. Posteriormente habrá una performance «Memoria. Ni un paso atrás», que usa la danza en torno a la figura de la mujer y la memoria democrática.

La marcha de Valladolid.

La manifestación por el 8M en Bilbao tenía un lema claro: luchar por un sistema de cuidados público y universal. Con gritos de «No hagáis negocio con la dependencia» y «El patriarcado se va a caer» miles de personas han reclamado condiciones laborales dignas para las trabajadoras de los cuidados, una igualdad real entre hombres y mujeres y el fin de la violencia machista, informa Maialen Ferreira. «Estamos aquí por las que no están, para luchar por nuestros derechos y por la igualdad de las mujeres. No queremos ni una muerta más», han asegurado María, Itzi y Tere, que encabezaban la manifestación.

Un poco más atrás, Iraia y Nerea, de 14 y 15 años, han reclamado poder volver a casa seguras. «Nunca podemos volver seguras a casa, siempre estamos en tensión, tenemos que llamar a alguien o vamos con las llaves en la mano», han lamentado las jóvenes, mientras portaban una pancarta en la que se leía «Si mañana soy yo, quiero ser la última».

Entre las pancartas de las asistentes se leían mensajes como «No estamos de fiesta, estamos en lucha» o «No creas en Disney, una bestia no se convierte en príncipe», esa última, creación de Laura y Leire, dos jóvenes que sueñan con un mundo sin estereotipos machistas. «Lo que nos enseñan las películas no es real y no deberíamos permitir que los chicos nos traten mal y creer que eso es amor», ha indicado Laura.

María, Itzi y Tere, en Bilbao. M. F.

Al término de la manifestación convocada por la Asamblea Feminista de Sevilla, la primera en salir de las dos convocadas hoy en la capital hispalense, antes de leer el manifiesto una representante en nombre de las feministas rusas ha condenada la acción de Putin sobre Ucrania, informa Javier Ramajo. La exclusión social tiene nombre de mujer y migrante, han proclamado. El manifiesto apuesta por «un feminismo inclusivo» con el colectivo de personas transexuales, momento en el que se ha producido una gran ovación. «Creemos en un feminismo para todas y para todos», han dicho, con una mención a las mujeres afganas «que no las olvidamos».

El 8M en Sevilla. J. R.

Sevilla ha sido una de las ciudades en las que ha habido dos marchas separadas. Bajo el lema «La lucha de las mujeres. Por un mundo feminista», miles de personas (unas 15.000 según la organización, la mayoría mujeres) se han manifestado por el centro de Sevilla en el principal de los actos convocados con motivo del 8M, informa Antonio Morente. Bajo el paraguas de una treintena de entidades feministas, la protesta ha unido reivindicación y ambiente festivo para reclamar una igualdad que ven más en entredicho por la «reacción del patriarcado» que, denuncian, se está produciendo.

Los lemas más políticos como «abolición de la prostitución» o «basta ya de justicia patriarcal» han sido coreados por las asistentes más veteranas, mientras que las jóvenes apostaban por mensajes más directos e imaginativos, como «patada feminista en la boca del machista». Con recuerdos también a las mujeres ucranianas, y a las que son víctimas de todas las guerras, las manifestantes han recordado que «no estamos todas, faltan las asesinadas», y han hecho gala de su amplia movilización en la calle, sobre la que también han ironizado con sus cánticos: «Luego diréis, que somos cinco o seis».

La manifestación más multitudinaria de Sevilla, que ha tenido dos. A. M.

En Valencia, el movimiento feminista valenciano vuelve a salir a la calle dos años después de la última gran movilización, a las puertas de la crisis sanitaria, informa Laura Martínez. Los efectos económicos, sociales y sanitarios de la pandemia han centrado parte de las reivindicaciones en las dos marchas que han confluido en Valencia este 8 de marzo, con cerca de 25.000 personas en las calles, según la organización.

La convocatoria de la Coordinadora Feminista ha puesto el acento en la reivindicación de las mujeres como sujeto político del feminismo, el aborto libre y la abolición de la prostitución. «El género son unas normas sociales, no una identidad sentida», ha subrayado Ana Gimeno, portavoz de la Coordinadora Feminista.

El 8M, en Valencia. Efe
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